La obra, que empezó en noviembre del 2013, cuenta con una bóveda prefabricada de concreto de 24 metros de ancho y 26 de longitud.
Adolfo Gramajo, gerente de planta San Miguel, informó que el proyecto fue financiado por esa empresa, con el objetivo de darle una solución a la circulación de vehículos que tienen que desviarse a las referidas aldeas y a la cementera.
“Tomamos la decisión de abrir el paso porque la cantidad de trasporte que pasa por nuestro departamento dificulta el acceso hacia las comunidades y expone la integridad física de quienes a diario lo utilizan”, resaltó Gramajo.