Con el fin de prolongar la vida de sus cachorros, los amos de los Aibo han abierto una página en internet en la que intercambian información para poder repararlos, e incluso un grupo de ingenieros jubilados de Aibo han fundado una empresa para mantenerlos a punto.
Originalmente concebidos en 1993 como parte de un proyecto de investigación, los Aibo revolucionaron el concepto de robot doméstico, y aunque la compañía nunca tuvo la intención de producirlos en masa, llegaron a comercializar tres modelos distintos, cada cuál más sofisticado, con un precio de alrededor de US$2mil.
Aibo es un robot creado por Sony que imita las acciones de un perro. (Video Prensa Libre: YOUTUBE)
Catalogado como electrodoméstico, las piezas de repuesto de los canes son por ello limitadas, y ahora las 150 mil unidades que la empresa ha vendido durante siete años tienen que buscar vías de saneamiento alternativas por la falta de “veterinarios” cualificados.
Los dueños están “preocupados” por sus compañeros robóticos e “impactados”, porque nunca imaginaron que un robot pudiera “morir”, y ahora tienen que hacer frente a esa realidad, recoge la cadena pública nipona NHK.