Asimismo, el mandatario estadounidense instó a las autoridades de Pekín, que han recrudecido la represión contra los disidentes, a que respeten los derechos humanos y la libertad de prensa.
Obama aprovechó el foro para anunciar un acuerdo que extiende los visados para los ciudadanos chinos que van a Estados Unidos a trabajar o estudiar, y para los turistas y hombres de negocios.
Más de 1,8 millones de chinos visitaron Estados Unidos el año pasado, informó Obama. Estos visitantes orientales contribuyeron con US$21 mil millones a la economía y a la creación de más de cien mil empleos.
“Este acuerdo podría ayudarnos a cuadruplicar estos números”, señaló el presidente, que calificó el pacto como un importante “avance que beneficiará nuestras economías y acercará a los dos pueblos”.
China envía anualmente unos cien millones de turistas a todo el mundo, lo que supone una creciente fuente de ingreso para los países receptores.
Un responsable estadounidense calificó el acuerdo con China de “verdadero gran impulso para la economía”.
Por otro lado, Obama expresó el deseo de que China “cree un marco que permita un trato más justo a las empresas extranjeras”. Expresó su esperanza de que el gobierno de la potencia asiática “tienda a que el tipo de cambio del yuan esté cada más determinado por el mercado”.
“No sugerimos estas cosas porque sean positivas para nosotros”, sino porque “ello es favorable a un crecimiento sostenible de China y a la estabilidad de la región Asia-Pacífico”, añadió Obama.
Estados Unidos es el segundo socio comercial de China, solo detrás de la Unión Europea.
En el 2013, China logró un superávit comercial de US$318 mil 400 millones frente a Estados Unidos. Ese año, el país asiático alcanzó una cifra de intercambio de US$4.1 billones.
Sin embargo, las relaciones entre ambas potencias suelen estar jalonadas de continuas tensiones por asuntos políticos.