Ante esta situación, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el viernes sanciones contra dos jefes de la rebelión y contra el expresidente Ali Abdalá Saleh, obligado a dimitir en 2012 por una revuelta popular y considerado actualmente como el principal respaldo de los insurgentes chiitas.
La entrada de los rebeldes en territorios tradicionalmente suníes provocó la ira de las tribus, que se alzaron en armas, y sobre todo de Al Qaeda, muy activa en el país.
El sábado, un kamikaze empotró su coche bomba contra un centro médico utilizado como cuartel por los rebeldes, cerca de la ciudad de Rada (150 km al sur de Saná), informaron fuentes tribales, que mencionan “decenas” de muertos.
Al Qaeda afirmó por su parte en un comunicado que “decenas de huthis murieron o resultaron heridos” en el atentado cometido a las 22H00 GMT, e identificó al kamikaze.
En otro ataque, miembros de esta red extremista abrieron fuego contra un colegio ocupado por los rebeldes, también cerca de Rada, afirmaron fuentes tribales y Al Qaeda.
La AFP no ha podido confirmar este balance a través de una fuente independiente.
Washington, que ha incluido a Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) en su lista de “organizaciones terroristas”, apoya a Yemen en su lucha contra el grupo extremista, bombardeando sus posiciones con drones.