Otra vez se abre una vieja herida
IGUALMENTE SE debe señalar la realidad actual de quienes fueron en realidad las víctimas. Me refiero a los familiares de quienes murieron con motivo de una mescolanza de razones, porque durante todo ese largo lapsos han debido sufrir una serie de emociones humanas: dolor, decepción, deseo de venganza o de justicia. Nunca me he cansado de recordar un hecho a quien sea necesario: son iguales las lágrimas de los hijos, de las madres y padres, de los hermanos, ante la muerte violenta de quienes no debieron haber dejado la existencia de esa manera. Las consideraciones ideológicas se derrumban o se hacen a un lado ante la solidez del dolor humano, sobre todo el relacionado con el olvido de la comunidad ante esta y otras tragedias.
ES IMPOSIBLE, ENTONces, pedirle a los familiares de todas las víctimas colocarse en una posición equidistante, fría, serena. No tienen por qué hacerlo. Se debe también respetar cualquiera de las dos opciones de la alternativa colocada frente a ellos: permitirle al tiempo secar las lágrimas, olvidar y perdonar, porque no es posible devolver a los familiares, muchas veces no conocidos por los descendientes de las víctimas, o solo conocidos porque se ven fotos o por los relatos de padres ancianos, viudas o esposos quedados solos porque la vida les dio ese durísimo golpe, y otros parientes muy adultos. O colorarse en la posición de buscar justicia, de no descansar hasta lograr el castigo de los culpables. No hay posiciones alternas. No puede haberlas.
QUIENES TIENEN LEGÍTImo interés de conocer de los hechos, deben tomarse la molestia de colocarse en una posición de análisis de errores. Porque todo fue una colección de acciones equivocadas y por ello todo se salió de control. Fue equivocada la acción del embajador Cajal y López, al participar en el asunto y no pensar en la posibilidad de una tragedia. Fue equivocada la acción de quienes decidieron tomar la embajada pero llevando bombas incendiarias. Fue equivocado no atender las peticiones previas de los campesinos. Fue equivocado infiltrar estudiantes, así como lanzar a las hordas policiales para atacar la embajada y asesinar a dos sobrevivientes. He escogido el término “equivocado”, pero hay muchos otros igualmente aplicables.
A MI JUICIO, CUANDO SE lleva a la justicia a quienes han participado dentro del aparato estatal en una guerra civil y por tanto fratricida, radica en la imposibilidad de llevar a juicio a quienes mandaban en las fuerzas irregulares. Siempre se juzga a los perdedores de una guerra, pero cuando esta termina por acuerdos, no por victoria militar, la única forma de buscar justicia es llevar a gente de ambos bandos. De lo contrario, se incumple la elemental regla del balance y de la justicia para todos. Pero al final, el veredicto de culpabilidad o inocencia debe ser explicado y publicado para permitirle a los jóvenes conocer el pasado, con todas sus glorias y sus vergüenzas. Es la única manera de evitar la repetición de las circunstancias causantes de las debacles.
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