Howard Carter la descubrió en 1922 y ha aportado muchísima información crucial para comprender la vida, el poder y el culto que recibían los muertos en el antiguo Egipto.
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Una nueva investigación, cuyos resultados se darán a conocer en un documental que presentará proximamente en televisión la BBC, refuta la hipótesis de que el joven emperador, que murió con solo 19 años, fue asesinado.
Aunque las causas concretas de su muerte se mantendrán en reserva hasta el día en que se transmita el mencionado programa, los investigadores han adelantado que la razón de su fallecimiento fue su mala salud congénita, debida que era el hijo de un incesto, es decir, una relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio. Los nobles egipcios pensaban que la consanguineidad era el mejor modo de preservar la pureza y calidad de la especie, pero hoy sabemos que ocurre justamente lo contrario.
Tras someter los huesos del mencionadao faraón a dos mil análisis con escáners informáticos, el documental reconstruye la imagen real en 3D que se supone tenía el rey. El resultado tiene poco que ver con la imagen esplendorosa de su conocidísima máscara funeraria dorada. El Tutankamón que aquí emerge tiene caderas femeninas y un pecho más cercano al de la mujer que al del hombre y el pie izquierdo era cavo, y se cree que le pudo ocasionar molestias muy dolorosas durante su corta vida. El pie cavo tiene una deformación en encorvadura de la punta hacia el talón, lo cual provoca que la planta esté excesivamente curvada.
Los expertos señalaron que Tutankamón tenía un pie cavo caderas anchas y dientes de conejo.
Durante un tiempo se pensó que podía haber muerto en un accidente en un carro, asesinado o víctima de una misteriosa enfermedad. Hoy se descarta el homicidio, porque se ha concluido que todas las fracturas que presenta el cadáver son posteriores a su muerte, excepto una fractura en el fémur arriba de la rodilla. El agujero del cráneo, que durante mucho tiempo llevó a creer que había sido golpeado, se abrió tras su muerte para verter la resina que ayudó a preservar la momia.
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La tumba de Tutankamón, la más famosa del Valle de los Reyes, en Egipto, estuvo intacta hasta 1922, año que la descubrió el arqueólogo Howard Carter.
Tutankamón, que accedió al trono con solo 12 años, es un faraón de la 18 dinastía, cuya única acción relevante que se recuerda es que recuperó el culto tradicional a Amón. Su predecesor, Akenatón, había implantado la veneración de monoteísta a Amón. Con información de: www.abc.es
