El escritor, cuyas obras se han traducido a 26 idiomas, conquistó al jurado del premio con una historia inspirada en la biografía de su padre, localizada en la construcción del llamado Ferrocarril de la Muerte en Tailandia durante la Segunda Guerra Mundial.
El académico Anthony Clifford Grayling, presidente del jurado, describió como una “novela soberbia” la obra del australiano, que relata los recuerdos que asaltan a un cirujano mientras lucha por salvar a los prisioneros que trabajaba en la construcción del ferrocarril.
Flanagan se inspiró en las vivencias de su padre, un antiguo prisionero del ejército japonés que sobrevivió a la construcción del ferrocarril y murió a los 98 años, el mismo día en el que su hijo puso el punto final a su novela.
En un acto en la sala Guildhall de Londres, Grayling dijo que el libro del australiano “no es realmente una novela”.
Richard Flanagan durante su discurso al recibir el el premio Man Booker Prize (Foto Prensa Libre: AP).
“Tampoco es un libro sobre la Segunda Guerra Mundial, sino sobre cualquier guerra y los efectos que éstas producen en un ser humano”, añadió.
“No trata sobre gente disparándose los unos a los otros y bombas cayendo sobre ellos. Va más allá. Trata sobre las personas, sus experiencias y sus relaciones”, reflexionó el profesor de la Universidad británica de Birkbeck.
Flanagan, que en 1994 publicó su primera novela, Death of a River Guide, sucede como ganador del Man Booker a la neocelandesa Eleanor Catton, autora de The Luminaries, que con 28 años fue en la última edición la ganadora más joven del certamen.
Hasta ahora, el galardón estaba abierto tan solo a escritores británicos, irlandeses o de la Commonwealth con obras publicadas en el Reino Unido, si bien los organizadores del premio anunciaron un cambio crucial en las bases del premio a finales de 2013.
Con la decisión de tomar en consideración los trabajos de escritores estadounidenses, el premio aspira a asentarse como uno de los galardones de referencia en lengua inglesa.
Al entregar el Man Booker, Grayling reveló que el jurado dedicó tres horas a deliberar sobre su decisión y aseguró que ninguno de los miembros del panel “se molestó en tener en cuenta el sexo o la nacionalidad de los autores”.
“Lo mejor y lo peor de tener que juzgar un libro es cuando das con uno en particular que te golpea tan fuerte en el estómago que te impide coger el siguiente ejemplar de la pila durante un par de días”, afirmó el presidente del jurado.
Flanagan se impuso a otros cinco finalistas del premio, entre ellos el británico de origen indio Neel Mukherjee, favorito en las casas de apuestas, y el inglés Howard Jacobson, que optaba a llevarse su segundo galardón.