Se trata de un planeta que es cuatro veces más grande que la Tierra, es decir, similar a Neptuno, con una masa de 26 veces la de nuestro planeta, pero el más pequeño sobre el que los científicos han sido capaces de describir algunos de los componentes químicos existentes en su atmósfera. Y es que la búsqueda por ampliar nuestro conocimiento por los planetas que se encuentran fuera de nuestro sistema solar se ha convertido en un elemento destacado en la actualidad científica.
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El planeta mencionado se llama HAT-P11b y los astrónomos han sido capaces de detectar el vapor de agua gracias a las observaciones de tres telescopios distintos de la Nasa, Hubble, Spitzer y Kepler, y a una técnica que estudia una peculiaridad de la luz que ocurre cuando un planeta transita delante de su estrella.
Lo que sucede es que el material contenido en la atmósfera del exoplaneta absorbe parte de la luz de su estrella y esto provoca que el planeta parezca mucho más grande. La comparación de los datos mostró la cantidad de radiación que la atmósfera del planeta estaba absorbiendo de la estrella, revelando qué elementos químicos están presentes en la misma.
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La metodología de espectroscopía de transmisión puede ser usada en exoplanetas transitantes, aquellos que durante su órbita eclipsan a su estrella cuando son observados desde la Tierra. Cuando el planeta está entre nosotros y la estrella, la luz de ésta pasa a través de la atmósfera del planeta, en caso de que tenga una. “Los elementos químicos que hay en la atmósfera pueden dejar una huella en esa luz que podemos detectar después con nuestros telescopios. Buscando esas huellas es posible inferir la composición de la atmósfera”, afirma Andrés Jordán, coautor del trabajo.
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Al encontrarse cerca de su estrella (completa una vuelta a la estrella en aproximadamente cinco días), la temperatura del exoplaneta es bastante alta, cerca de 605 grados centígrados. Pese a ello, este planeta probablemente de núcleo rocoso, estaría rodeado por una capa de gas, en su mayoría hidrógeno que, a pesar de brindar un ambiente sin nubes, sí existen marcas de vapor de agua, una condición previa para la vida. El estudio ha sido publicado en la revista Nature. Con información de: www.muyinteresante.es