El decano Milton Argueta, de la Universidad Francisco Marroquín, le recordó a la Comisión que la Guía de buenas prácticas, aplicada en otras ocasiones, establece que el filtro debe ser el 50 por ciento calculado sobre la calificación máxima.
El magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Gabriel Gómez calculó que, de tomar la media de 48 puntos, pronunciarse en 20 segundos sobre 458 candidatos les tomaría 88 horas a los 34 comisionados. Pero ningún razonamiento valió.
El magistrado de la CSJ Luis Archila admitió públicamente que los jueces calificados de entre 80 expedientes por la terna que integró recibieron 15 puntos, algo que no hicieron otros grupos.
La decana por la Universidad del Istmo, Jary Méndez, propuso revisar todos esos expedientes para que los juzgadores tuvieran una calificación ecuánime, lo cual no se aceptó.
Antes de integrar la lista final de 643 elegibles, los comisionados se increparon por el diseño de la tabla, en especial los magistrados de la CSJ, quienes reconocieron no haber favorecido a los jueces cuando dieron su aval para aplicarla.
“No podemos aquí, a estas alturas, ponernos a dudar del trabajo de la Comisión. ¡Basta de decir no somos responsables!”, exclamó Méndez.
La magistrada de la CSJ Brenda Quiñónez dijo desconocer la lista de punteos al comienzo de la votación.
La Comisión acordó que mañana votará para integrar la lista que enviará al Congreso, de 252 aspirantes.
Objeciones rechazadas
De los 77 señalamientos presentados contra los aspirantes a magistrados de CSJ, solo tres fueron admitidos.
Hoy se sostendrán las entrevistas para la CSJ, y trascendió que hay presiones tanto del oficialismo como del grupo afín al abogado Roberto López para que en la votación se tome en cuenta a los 208 candidatos, y no a la mitad.