Así describía el poeta guatemalteco Otto René Castillo (1936-1967) en su poema Tu madrugada, patria la nostalgia que lo embargaba al estar lejos, sin importar los defectos del país que lo vio nacer.
Las causas que obligan a los guatemaltecos a vivir en el extranjero —cuestiones económicas, de inseguridad o educativas— son múltiples, pero la cultura que llevan consigo les hace anhelar el entorno patrio.
“Cuando uno está afuera, por largo o mediano tiempo, se empiezan a extrañar calles, avenidas, un volcán, un lago, cosas cotidianas para nosotros y que son elementos de identidad culturales”, explica el sociólogo Otto Rivera.
Precisamente eso fue lo que se le preguntó a seguidores de Prensa Libre en Facebook: ¿Qué es lo que más extraña de Guatemala? Muchas respuestas se concentraron en la gastronomía, los lugares natales y tradiciones de determinada época del año.
En todo caso, el primero de los campos genera un creciente mercado de exportación denominado “de la nostalgia”, el cual abarca enlatados, panadería, dulces y salsas, y tiene un repunte anual en la época de fin de año, debido a que los guatemaltecos, estén donde estén, no olvidan el sabor de su país.