A otra aula le falta la pared frontal y está habilitada porque está ubicada entre otras dos aulas, por lo que se le agregó techo de lámina para poder utilizar el espacio.
En este salón se atiende a 28 niños, de quienes la maestra debe estar muy atenta, pues hay una pila cerca y se teme que en un descuido alguno de los pequeños pueda sufrir algún percance.
Morales justificó el uso de estas aulas por el crecimiento de la población escolar en ese plantel, ya que no caben los 308 estudiantes inscritos, quienes son atendidos en las otras siete aulas del establecimiento.
Las cuatro ambientes que están inconclusos fueron construidos hace cuatro años por estudiantes de un establecimiento particular, como programa de seminario de graduación, indicó Ivania Contreras, madre de familia.
La Dirección Departamental de Educación (Dideduc) dio el aval, pero los graduandos no concluyeron la construcción y no hay fondos para concluirla.
Gestiona ayuda
Porfirio Aldana, jefe de la Dideduc, expuso que personalmente supervisó la escuela Gabriela Mistral y lleva a cabo las gestiones respectivas para la conclusión de la obra con las autoridades respectivas.
Debido a que el Ministerio de Educación aún no ha respondido a la solicitud, el funcionario ha pedido ayuda para que la obra sea concluida por la Municipalidad, el Consejo Departamental de Desarrollo o una oenegé.
Indicó que los trabajos fueron empezados por estudiantes del colegio Caigua, pero se quedaron sin fondos para terminarlos.