Se trata de la seda de las telarañas. Soportan el peso de las arañas y el de las presas, el embate del viento y la acumulación de gotias de agua.
Ya solo por eso resultaría curioso saber cómo se produce una seda tan resistente en el interior de estos animales, pero además, si se pudiese entender cómo se produce el hilo a partir de un líquido y apenas en fracciones de segundo, quizás se podrían producir materiales resistentes, inocuos e interesantes para la medicina.
Por todo esto, la investigación publicada en PLOS Biology ha intentado averiguar cómo se tejen las telas de araña. Y han descubierto que las espidroínas, las proteínas que forman la seda de la telaraña, pasan de estar disueltas en un líquido a formar un resistente hilo gracias a cambios de pH (grado de acidez/basicidad de una disolución).
Estas proteínas, las espidroínas, están en un líquido almacenado en unas glándulas de la araña. Cuando la araña comienza a tejer, el líquido sale a un largo conducto que tiene una zona más ácida que promueve que las proteínas se peguen unas a otras y formen una cadena. En apenas unos fracciones de segundo, son capaces de ir segregando un hilo muy resistente. ¿Por qué ocurre esto? porque la acidez transforma a las proteínas.
Las proteínas son largas cadenas de aminoácidos cuyas propiedades dependen entre otras cosas del pH del entorno. Al igual que la clara de un huevo se vuelve blanca y esponjosa cuando se fríe porque las proteínas cambian con la temperatura o de desnaturalizan, los cambios de pH también las transforman. El motivo es que cuando hay un pH ácido hay más protones disponibles para unirse a las proteínas y cuando hay pH básicos, ocurre lo contrario.
En el caso de las arañas, los investigadores han medido los cambios de pH a lo largo del conducto y han comprobado que pasa de ser de 7.6 al principio del conducto, a 5.7 al final. Por eso, las proteínas de la seda tienen una estructura distinta al principio y al final del tubo. Y gracias a estos cambios, la misma proteína puede estar en una disolución o tener tendencia a anclarse a otras un un proceso conocido como polimerización y así formar el hilo de seda.
Aparte de que este hilo puede investigarse para lograr nuevos materiales, una de las proteínas que contiene es similar a las fibras amiloides que se forman en los enfermos de alzhéimer, por lo que quizás investigar las telarañas no es solo una locura de científicos curiosos sino también una forma de luchar contra la demencia.
No todas las arañas construyen telarañas. Entre las más de 42.000 especies que se han descubierto hay corredoras robustas que cazan a la carrera, otras que construyen trampas en el suelo, algunas capaces de saltar, arañas acróbatas o incluso arañas que parecieran lanzarse en paracaidas y que pueden volar enganchadas a finas hebras de seda. Con información de: www.abc.es