Salud y Familia

Un problema que pica

Un ácaro que se alimenta de la piel humana es el causante de la sarcoptosis, escarbosis o, comúnmente conocida como sarna, una enfermedad altamente transmisible y muy común, principalmente en condiciones de hacinamiento.

CIUDAD DE GUATEMALA – “Esta es una enfermedad demasiado contagiosa y a veces uno cree que por su grado de higiene o estatus socioeconómico no puede adquirirla. Hay quienes piensan que es una afección que ocurre solo en áreas marginales y que le da a personas que tienen malos hábitos higiénicos pero realmente cualquiera es vulnerable a su contagio y hay miles de personas en Guatemala que la padecen”, explica el dermatólogo y alergólogo Gustavo Coronado, invitado el martes último a El Consultorio, programa que se transmite por www.prensalibre.com.

La enfermedad es producida por el ácaro Sarcoptes Scabiei, de la variedad hominis. De acuerdo con el médico, de estos ácaros hay una gran variedad, pero la hominis solo ataca al humano, se alimenta de la piel de este y se adquiere por contacto directo, por lo que hay una tendencia a adquirirla en centros o lugares en los que hay mucha aglomeración o hacinamiento.

La picazón es el principal síntoma y el más molesto de la sarcoptosis. (Foto Prensa Libre: Archivo)

PROPENSOS
Si bien nadie está exento de contagiarse de sarcoptosis, son los niños los más vulnerables a esta. “De cada 10 pacientes con la enfermedad, siete son niños”, dice Coronado.

También agrega que otra población especialmente susceptible son aquellos pacientes inmunodeprimidos, es decir, pacientes en tratamientos de cáncer o que padecen sida o diabetes. Quienes están recibiendo muchos esteroides o antibióticos son más vulnerables al contagio de sarcoptosis noruega, que es más agresiva”, señala.

Las condiciones de hacinamiento facilitan el contagio, por eso es que Coronado menciona que es una enfermedad que suele verse mucho en los centros de salud e incluso hospitales. En Guatemala, también suele ser frecuente en la provincia, en familias numerosas que viven juntas en espacios muy pequeños. El contagio no es solo por tocar a alguien con esta afección, sino por contacto estrecho, sin descartar la transmisión por ropa de cama o personal, y contacto sexual.

SÍNTOMAS
La sintomatología de la enfermedad aparece de 15 a 21 días después del contagio.

“El prurito o la picazón ocurre casi tres semanas después del contacto con alguien que padece la enfermedad. Generalmente, surge en las manos. La picazón se da en medio de los dedos o en las muñecas”, señala el médico, quien agrega que luego, esta se extiende a áreas de mayor calor, fricción o en las que se suda más.

La picazón suele ser más intensa en las noches que es cuando se cree que el ácaro está más activo.

Coronado dice que las consecuencias sintomáticas que podría tener la enfermedad es la sobreinfección: “de tanto rascarse el paciente, estas ronchas tienden a infectarse. También rascarse en exceso puede provocar sangrado”.

El dermatólogo, Gustavo Coronado habla de la sarcoptosis y cómo combatirla. (Foto Prensa Libre: Billy Quijada)

ÁREAS AFECTADAS
Según el dermatólogo, un área que se afecta en todos los pacientes con esta enfermedad son los genitales; si estos no están afectados, podría descartarse la sarcoptosis.

Entonces, además de las manos, muñecas y pliegues de los brazos, las áreas más afectadas son: alrededor de los pezones y del ombligo, los genitales y los glúteos.

“En los niños lactantes, es decir en los primeros dos años de edad, las áreas afectadas van desde la cabeza hasta los pies, y una característica importante para poder diagnosticar la sarcoptosis en un pequeño de esta edad es que tenga muy afectada su cara. Es típico que las palmas y plantas de sus pies tengan muchas ronchas”, explica Coronado.

DIAGNÓSTICO
Para determinar si un paciente sufre la enfermedad, es esencial el examen físico.

El especialista explica que el único diagnóstico puntual que existe es encontrar al ácaro. “Se puede aplicar tinta china en áreas de rascado. Esta se filtrará en el túnel que forma el ácaro. Al final de este hay una bombita, en donde vive el ácaro, entonces con el escalpelo —bisturí— se levanta la ampollita y lo que se extrae se lleva a un microscopio para ver si está el ácaro y se confirma el diagnóstico”, dice Coronado, quien agrega que no existe un examen de laboratorio para diagnosticarlo.

TRATAMIENTO
Coronado recomienda que lo primero que se debe hacer es averiguar si hay más familia afectada para que todos reciban tratamiento al mismo tiempo y evitar recaer en el contagio.

Antes se trataba con benzoato de bencilo (que aún existe), pero que su aplicación muchas veces causaba demasiado ardor y dolor en las áreas de rascado.

Actualmente se utiliza la permetrina, que viene en crema y champú. En adultos se recomienda que se aplique del cuello hasta los pies, hayan o no lesiones. En los niños en todo el cuerpo, cuidando que no se trague el producto ni le entre en sus ojos. Se sugiere que se use durante tres noches consecutivas. Al despertar luego de la primera noche, bañarse y lavar toda la ropa de cama y de vestir (sumergirla en agua para ahogar el ácaro). El colchón debe dejarse descubierto y no debe usarse, ya que el ácaro vive dos o tres días fuera del cuerpo. Después de la segunda noche ya no es necesario lavar todo.

Una semana después de haber concluido con las tres aplicaciones, se hace una cuarta para matar los ácaros que al momento del tratamiento eran aún huevecillos.

Si pica demasiado se puede combinar con un antihistamínico.

¿QUÉ HACE?
Avance de la enfermedad

Al entrar en contacto estrecho con una persona que padece la enfermedad, puede que se transfiera el ácaro hembra. “Esta busca abrir agujeros dentro de la piel, normalmente aprovecha los poros para introducirse, y una vez allí, empieza a cavar o a hacer pequeños túneles debajo de la piel y en estos pone sus huevecillos”, explica el médico.

Pone de dos o tres huevos al día. Estos huevecillos se transforman en larvas, luego ninfas y luego en ácaros adultos.

Los ácaros machos mueren luego de fertilizar a la hembra, pero esta vive de seis a cuatro semanas en el cuerpo humano.

“Es la hembra la contagiable y la que propaga la enfermedad en el cuerpo”, señala Coronado. Fuera de cuerpo, estos ácaros sobreviven de dos a tres días, y necesitan respirar para vivir, por lo tanto el agua siempre será su enemiga.

CONSEJO PARA PREVENIR Y CONTRARRESTAR

Los hábitos higiénicos son una de las medidas para evitar o contrarrestar esta enfermedad. Los ácaros necesitan respirar para vivir, por lo que el agua es enemiga. “Se debe lavar la ropa de cama y de uso diario, dejarla sumergida en agua por al menos 30 minutos para que los ácaros se ahoguen, lo cual contribuye a acabar con su ciclo”, refiere Coronado, quien agrega que un tratamiento económico también viable es que la persona con sarcoptosis se sumerja en agua por el mismo espacio de tiempo para matar los ácaros que viven en su cuerpo. Si alguien es diagnosticado con la enfermedad, toda la familia debe ser tratada al mismo tiempo para evitar que el ciclo de contagios puede continuar.

Otra medida preventiva importante, es que la persona diagnosticada sea aislada, de manera que se evite el contagio a más personas, principalmente en hospitales.

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