Arquitectura
artistas y diseñadores de numerosos países. Le Corbusier comenzó con la publicación de los primeros escritos, donde clamaba por luna nueva ciudad de rascacielos dispuestos sobre enormes espacios arbolados. Su Ville Savoie (1929-1930), en los alrededores de París, es uno de los arquetipos de la arquitectura contemporánea. Algunos ingenieros como Robert Maillart, Eugène Freyssinet, Eduardo Torroja o Pier Luigi Nervi construyeron también a lo largo del siglo XX. En tanto, el arquitecto finés Alvar Aalto trabajó en la arquitectura de corte industrial.
Hacia finales de la década de 1920, especialmente en Brasil, la influencia de Le Corbusier es evidente sobre Lucio Costa y Oscar Niemeyer, responsables de la construcción de la ciudad de Brasilia siguiendo principios Corbusier. El International Style de los arquitectos alemanes que emigraron a Estados Unidos iniciaron allí una corriente más ligada a la tradición constructiva estadounidense. Uno de sus discípulos, Philip Johnson, concretó el International Style (estilo internacional). La arquitectura posmoderna nació como reacción al International Style en la década de 1960.
Nuestros maestros Jorge Montes, Carlos Haussler, Roberto Aycinena, Max Holzheu, Jorge Molina y Vinicio Asturias nos envolvieron dentro de estos movimientos al comenzar los estudios de arquitectura en Guatemala en los años de 1950. Actualmente, acercándonos al nuevo año, los jóvenes arquitectos están envueltos en el CAD de una computadora que sola no sabe de aspectos sociales ni de estilos cuando se tiende a resolver los problemas de Guatemala.
Pero, por ejemplo, nuestras experiencias sísmicas nos llevaron a establecer metodologías de diseño sobre las amenazas sísmicas aplicadas a la Ciudad de Guatemala. Esto nos ha permitido evaluar las características de los sismos en zonas con mayor contribución a la peligrosidad como las de Subducción en la costa del Pacífico, la zona del Altiplano (cadena volcánica) y el Sistema de fallas Chixoy-Polochic-Motagua, asociadas al límite Norteamérica-Caribe.
En conclusión, los mecanismos con que contamos actualmente deben ser utilizados para estudiar nuestros problemas sociales, arquitectónicos y urbanos. Como en los años de 1970 y 1980, cuando vivíamos el terremoto de 1976 y el conflicto armado, pero sin contar con estas facilidades tecnológicas.