¿Pensar?, ¿para qué?
Morfeo le pregunta a Neo si cree en el destino. Neo le responde que no. “¿Por qué no?”, le pregunta Morfeo. Neo le responde: “No me gusta la idea de no poder controlar mi vida”. Entonces Morfeo dice: “Lo sé perfectamente. Déjame decirte por qué estás aquí. Estás aquí porque sabes algo. No puedes explicar ese algo. Pero lo sientes. Lo has sentido toda tu vida… Este mundo tiene algo raro. No sabes qué es, pero ahí está…. como una astilla en tu mente, volviéndote loco. Esta sensación es la que te ha traído a mí.
¿Sabes de qué estoy hablando?”. Neo pregunta entonces: “¿La Matrix?”. Y Morfeo: “¿Quieres saber lo que es?”. A lo cual Neo dice que sí. “La Matrix está en todos lados. A nuestro alrededor. Aun aquí en este mismo cuarto. La ves cuando miras por la ventana… o cuando enciendes el televisor. La sientes cuando vas a trabajar… cuando vas a la iglesia… cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que te han puesto sobre los ojos, para cegarte a la verdad”, continúa Morfeo. “¿Cuál verdad?”, pregunta Neo. “Que eres un esclavo, Neo. Como todos, naciste para esclavo. Naciste en una prisión que no puedes oler, probar ni tocar… Una prisión para la mente. Desafortunadamente uno no le puede decir a nadie lo que es la Matrix. Necesitas verla con tus propios ojos. Esta es tu última oportunidad. Después ya no puedes echarte para atrás. Si te tomas la píldora azul… la historia acaba, despiertas en tu cama… y crees lo que tú quieras creer. Si te tomas la píldora roja… te quedas en el País de las Maravillas… y te enseño qué tan profundo es el agujero. Recuerda, lo único que te ofrezco es la verdad. Nada más”.
Eso es lo que nos ofrece pensar, que no es sinónimo de memorizar o pensar idéntico a otros o por otros, incluso admirándolos. Pensar por cuenta propia no significa estar en contra de todo, todo el tiempo. Eso es esnobismo. Pensar por cuenta propia significa hacer un balance entre las ideas del pasado y el presente; entre las que nos suenan familiares y las que no parecen raras o absurdas; significa dejar de ser un soldado nacido solo para la obediencia, sin ideas propias. Es hacer de la propia vida un camino que se abra en el medio de sociedades normadas para la vida en convivencia, pero también ser capaz de cuestionar cosas del orden establecido dentro del cual se vive. Los totalitarismos pueden anular el pensamiento, tanto si son totalitarismos explícitos, como si lo son bajo el nombre de librepensamiento, que también tiene sus dogmas. Pero esto también es solo una posibilidad, no una regla, porque la condición de esclavo será siempre una opción.
Pensar por cuenta propia en función de una vida en sociedad, siempre desde la conciencia de vivir en relación con otras personas, requiere coraje y energía, hacer balances en el día a día, saber que no es posible ni deseable cambiarlo todo. Por ello, el pensamiento nómada que los filósofos de este tiempo proponen, es aquel que sugiere poner a dialogar y transponer todo el tiempo lo que hay con lo que idealmente podría haber, de acuerdo a lo que quisiéramos que fuera. Estos filósofos han descubierto que pensar hoy en día implica necesariamente a la ética. Y eso no es para nada fijo.
Hoy, el pensamiento se mueve en red, a toda velocidad, y pide de nosotros más movimiento y más ética que nunca antes, incluso para no terminar siendo esclavos en una prisión virtual. Dicen los que saben, que el corazón también tiene memoria propia. Así que pensar y sentir parecen ser llaves que abren puertas de viejas cárceles en el siglo 21. Pensar sirve, y mucho. Sentir sirve, y mucho. Actuar en consecuencia sirve, y mucho. Lo demás, es ilusión y vasallaje.