“Todo empezó con mi pa dre hace 50 años. Vi cómo elaboraba el trasmallo para atrapar peces, porque él se dedicaba a la pesca. Así aprendí. Tenía 14 años”, recuerda Siriaco.
Sin embargo, desde hace un año, sufre de un problema físico, luego de que un de lincuente le robó un par de mallas, lo que le causó un derrame cerebral. Pese a esto, el Profesor, como le dicen en el plantel mojarra, la actividad de tejer las redes le ha servido como terapia para su recu peración.
Una industria
No hay máquinas gigantes que fabriquen el tejido es pecial para las redes de por terías, oficiales o de futsal, todo se elabora a mano.
“La única medida que tomo se hace al inicio, luego voy cosiendo todo porque ya lo tengo calculado”, explica.
“Lo que manda acá es la primera serie de 15 centíme tros de ancho, eso se hace por vueltas, siempre sin perder la medida. Todo es a puro ojo”, agrega.
Torneos de todas las ligas de futbol playa y futsal han ad quirido sus mallas para las por terías, así como la Fedefutbol, que hizo pedidos especiales para la eliminatoria. Otros de sus clientes son los partidos políticos, que solicitan las ma llas con dos o tres colores.
Todos los días se acomoda en la banqueta frente a su casa. Una silla, una tijera y las manos son sus herramientas de trabajo.
En el cuello cuelga aún el silbato que le sirve para dar instrucciones a los jugadores del Deportivo Amatitlán.
“Después de los entrenos, a eso de las 10 de la mañana, me instalo acá y empiezo el proceso. Si son mallas de ta maño oficial, me tardo dos días en hacer el par”, indica.
Los ojos se le llenan de lágrimas cuando recuerda los momentos durante los cuales sus mallas han albergado go les en diferentes torneos.
“Cuando platico con mi fa milia o amigos, les comento que se ven muy bonitas. Me da mucho gusto verlas puestas”, comenta mientras comparte con orgullo que su hijo Mynor aprendió ya la técnica para seguir sus pasos.
Una de las razones tam bién para la calidad de redes son los materiales, los cuales son elegidos con mucho cui dado por don Siriaco Díaz.
“Hay una venta especial de pita, ahí se encuentra toda clase de grosores. El color blanco y azul son los reco mendados, pero puedo hacer combinaciones, ya que los partidos políticos me piden también algunos que los iden tifican”, expresa.
ENCANTADO
Después de 50 años de ela borar las mallas, Siriaco dice estar contento por esta labor, pese a que también fue afec tado por la delincuencia cuan do tejía una de las redes frente a su casa.
“Me siento muy bien. Porque estoy en mi casa y me encanta dedicarme a esta profesión. Lo único es que se le arruinan las manos a uno, se llenan de ca llosidades los dedos, porque se queman por el paso de la mano por la pita”, explica.
“Hace un año sufrí un de rrame. Estuve inmovilizado durante casi nueve meses. Acá vino una persona que me preguntó el precio de unas mallas y las subió a una moto. Luego me dijo que se las lle varía, pero me pidió que no lo viera. Me amenazaba con una pistola. Eso me asustó y caí desmayado frente a mi casa”, recuerda.
Desde hace tres meses, Díaz es el preparador físico del Deportivo Amatitlán, as pecto que conoce bien.
“Me vinieron a hablar del equipo para que pudiera ser el preparador físico, porque me preparé para eso. El equipo está bastante bien”, expresa don Siriaco, quien seguirá en el arte de las redes, las que cada jornada buscan los futbolistas para llenarse de gloria.