Regreso al continuismo

JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

|

en las elecciones del 2016. Ante la debilidad de candidatos de oposición, es muy probable que sea reelecto nuevamente y que se quede en el poder indefinidamente.

Entre 1934 y 1979, tres generaciones de la familia Somoza gobernaron Nicaragua hasta que Anastasio Somoza Debayle fue derrocado por la revolución sandinista. No fueron tiempos económicamente malos para los nicaragüenses. Poco antes de que la revolución triunfara, su PIB por habitante estaba cercano a los US$5,500. Era el segundo más alto de Centroamérica, solamente superado por Costa Rica. Luego de poco más de una década de gobierno marxista, hiperinflación y destrucción del sector privado; el PIB por habitante cayó a US$2,100; el más bajo de Centroamérica. Así fue como el primer Daniel Ortega entregó su país a doña Violeta Chamorro.

Luego de perder dos elecciones, su habilidad como político y la pobre calidad de sus opositores le permitió regresar al poder como presidente en el 2006. Luego, su astucia y falta de escrúpulos para retorcer la ley, con la complicidad de la Corte Suprema alineada al sandinismo, le permitió reelegirse en 2011. A esas alturas, el PIB de Nicaragua seguía siendo el más bajo de la región, ubicándose en los US$2,900 por habitante. Increíblemente, el nicaragüense promedio de hoy genera cerca de la mitad de lo que producía el ciudadano promedio en los últimos años de Somoza ¡hace 35 años! Esa fue la herencia del sandinismo de Daniel Ortega que los nicaragüenses parecen haberlo olvidado.

El nuevo gobierno “orteguista” no ha seguido la misma línea de aquel Ortega miembro del directorio Sandinista que impuso un régimen marxista en 1979. Hoy dicen que el sector privado está contento con su gobierno, de corte mercantilista, y que es lo mejor que les puede pasar. Se hacen buenos negocios en Nicaragua. En la última década, el PIB por habitante ha crecido a un ritmo de 1.4% por año. En todo caso, si siguen así, les tomará cincuenta años llegar al mismo PIB de US$5,500 que tuvieron en 1977.

Pobre Nicaragua, que no da pie con bola con sus gobernantes. Presidentes que “democráticamente” se quedan con el poder indefinidamente, burlándose de la famosa “carta democrática” de la OEA. “Pan para nuestro matate” —diría el refrán—. Los chapines debemos ver con una sana desconfianza tanto los ofrecimientos populistas como cualquier intento por facilitar que los políticos se eternicen en el poder. Recuerden que pronto comenzarán nuestras elecciones y, con la campaña, los nuevos “cantos de sirena”.

homoeconomicus@outlook.com

ESCRITO POR: