Thanksgiving es una fiesta del corazón, para dar gracias a Dios por un pasado que viene de siglos, en Estados Unidos. El Día de Acción de Gracias se celebra cada año, el último jueves de noviembre y todos los hogares abren sus puertas a personas solas, a migrantes que no tienen familia, a la gente necesitada y a sus amistades y vecinos, para compartir la tradición de la cena del pavo.
¿Y cuál es la historia? Resumiéndola en cortos renglones, se cuenta que hace 400 años los colonos ingleses viajaron a tierras americanas pasando por muchos desafíos. Dejaron sus tierras natales para emprender una dura travesía por el Atlántico. Llegaron a Massachusetts soportando lo más fuerte del invierno y sufriendo hambre, enfermedades y muerte . Lamentablemente, muchos murieron. Al llegar la primavera, los indios les enseñaron a cultivar alimentos. Y en el otro otoño, en su primera cosecha, los colonos invitaron a los indios a compartir los alimentos que con su ayuda habían cosechado, en un acto de agradecimiento. Y así se siguió la costumbre cada otoño, el día de dar gracias por la cosecha de cada año. Por eso, el pueblo norteamericano conmemora todos los años esta historia, que se hizo una tradición con respeto y solemnidad.
Hoy, al recordar esta hermosa historia de los colonos que hicieron de la gratitud una linda tradición, se sigue compartiendo esta fiesta en familia, en un ambiente de profundo agradecimiento a Dios, compartiendo su bendición por la salud, por los alimentos, por el trabajo y por el regalo de la vida. Las familias viajan de todas partes para reunirse con sus amigos y familiares, en un ambiente hogareño y festivo, y en actitud de humildad dar gracias a Dios en el Día de Acción de Gracias, sin diferencias religiosas, económicas ni sociales.
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