Es por ello que Cleveland Clinic Florida, ofrece una novedosa herramienta para la detección precoz del Alzheimer, la cual no sólo forma parte de las últimas innovaciones médicas, en los Estados Unidos, sino que por su precisión y avanzada tecnología, ofrece la oportunidad de tratar a tiempo esta enfermedad, que de acuerdo con el Reporte Mundial del Alzheimer 2012 de la organización Alzheimer´s Disease International (ADI), los sistemas de salud actuales no están preparados para atender -lo que ellos denominan- “esta epidemia”, sobre todo porque la demencia es la principal causa de dependencia en las personas mayores.
Esta novedosa herramienta es un biomarcador de imagen molecular llamado AV-45 y una tomografía por Emisión de Positrones (PET), la cual es una técnica de diagnóstico por imagen de medicina nuclear, que se utiliza preferentemente con fines clínicos en oncología, cardiología y neurología. Esta técnica no invasiva mediante la cual se obtienen imágenes funcionales después de la administración al paciente de determinados radiofármacos que consisten en moléculas, estudia las funciones biológicas como son la actividad metabólica y el flujo sanguíneo, los cuales permiten a los médicos “ver” por dentro el cerebro del paciente para detectar placas beta-amiloides las cuales se interpretan como “la firma” reveladora de la existencia de la enfermedad de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer, es un padecimiento degenerativo que ataca a los neurotransmisores del cerebro que controlan la memoria, el lenguaje y la funcionalidad del cuerpo. Actualmente no existe cura, por lo que el diagnóstico preciso aumenta la posibilidad de ofrecer al paciente un tratamiento eficaz, ya que con las técnicas diagnósticas clásicas tan sólo es posible descartar otras causas de demencia, pero son limitadas para detectar precozmente el Alzheimer.
En contraposición, el uso de los biomarcadores de imagen molecular, permite a los médicos detectar la presencia de beta-amiloides los cuales aparecen al menos 10 años antes de que se manifiesten los síntomas de demencia, lo que supondría la posibilidad de un diagnóstico precoz que permitiría el inicio temprano de un tratamiento y la posibilidad de planificar su vida y su futuro, a quienes lo padecen y a su entorno.
En la actualidad, el médico sólo puede diagnosticar positivamente después de que el paciente ha fallecido, cuando el tejido cerebral puede ser examinado bajo un microscopio para detectar las placas características de la enfermedad. Este nuevo objetivo de detectar la demencia en su más temprana manifestación permitirá que se tomen medidas para proteger el cerebro antes de que exista un daño más profundo y mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de los pacientes.
