El profesor William Sager, de la Universidad de Houston, y su equipo de científicos empezaron a estudiar el accidente geográfico hace 20 años. Por su enorme dimensión, equiparable al área del estado de Nuevo México, se desconocía si se trataba de un solo volcán o un compuesto de varios puntos de erupción.
Tras analizar muestras de lava y la información recolectada por las ondas sonoras de un barco de investigación, finalmente concluyen que se trata de un colosal volcán inactivo.
El Macizo de Tamu se localiza a aproximadamente mil 600 kilómetros al este de la costa de Japón. Es la parte más grande de la cordillera submarina Shatsky, la cual se formó hace unos 130 a 145 millones de años por la erupción de varios volcanes submarinos.
Tamu se destaca de los demás volcanes de su tipo no sólo por su tamaño sino por su forma, mientras que su cima se encuentra a casi 2 mil metro bajo el nivel del mar, su enorme base de 310 mil kilómetos cuadrados se sitúa a más de 6 kilómetros de profundidad.
El volcán Mauna Loa de Hawai, antiguamente el más grande del mundo, se queda corto frente a este gigante. El volcán marciano Monte Olimpo, visible desde la Tierra con un telescopio común, es únicamente una cuarta parte más grande que el Macizo de Tamu.
Sager asegura que el descubrimiento servirá para estudiar la formación de volcanes masivos y no descarta la posibilidad de hallar volcanes aún más grandes. Su investigación fue publicada en la revista Nature Geoscience.
Fuente: www.muyinteresante.com.mx