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Ganar la décima Champions le quita el sueño a Florentino Pérez

En 1939, tras  el final de la  Guerra Civil Española, Santiago Bernabéu retomó las riendas  del Real Madrid  para llevarlo  posteriormente a lo más alto.

En 1939, tras  el final de la  Guerra Civil Española, Santiago Bernabéu retomó las riendas  del Real Madrid  para llevarlo  posteriormente a lo más alto.

El mítico dirigente revolucionó el futbol europeo y  formó uno de los equipos más  grandes de todos los tiempos,  que entre 1956 y 1966 ganó seis  Copas de Europa.

Hoy, el conjunto de Chamartín navega bajo el mando  de Florentino Pérez, el magnate que  no solo quiere superar lo conseguido por Bernabéu, sino ser recordado como un ícono de la historia  blanca.

la era galáctica

Pérez llegó a la presidencia  del Real en el 2000, y una de  sus acciones  que más se re cuerda es cuando instituyó la  política de “Zidanes y Pavones”, que pretendía fichar fi guras,  pero también promover canteranos.

La cosecha de Florentino  no es tan rica como la  de Santiago Bernabéu,  y aunque son épocas  distintas, en la actualidad los blancos han  gastado verdaderas  fortunas en fichajes, y  un casi perfecto tra bajo de  mercadeo lo  ha colocado como uno  de los equipos más va liosos del planeta.

 Pero hay asignaturas pen dientes, como la obsesión por  ganar la décima Liga de Campeones, carga  que el presi dente ha tenido que soportar  en los últimos años.

“Para el futuro, Vicente del  Bosque  no es el entrenador  adecuado, ha cumplido un ciclo, había síntomas de agotamiento y creo que para el  futuro del Madrid no es el  entrenador adecuado”, fue  una declaración de Florentino   que cuando salió el hoy técnico campeón del mundo no  causó tanto revuelo.

Sin embargo, muchos recuerdan ese momento como  el más grave error de Pérez,  quien llevó a otros entrena dores, incluido el polémico  José Mourinho, pero la dé cima sigue siendo un sueño.

Con  Ancelotti revive la esperanza en millones de seguidores blancos que tienen  el número 10 como  la imagen  de su devoción.

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