Remembranzas

Juan Manuel de La Riva

"Gracias por todo, te amo mucho", dijo don Juan Manuel De La Riva a su esposa, Celeste Aída; la tomó de la mano, ella lo besó, y él cerró sus ojos para siempre el 1 de julio recién pasado.

Juan Manuel de La Riva

Juan Manuel de La Riva

El ambiente se llenó de silencio y tristeza, también de esperanza y oraciones. Unos 30 minutos después, con los familiares reunidos, se ofició una misa de cuerpo presente en el dormitorio donde yacía don Juan Manuel, presidida por monseñor Julio Cabrera, obispo de Jalapa.

De La Riva se dedicó a la imprenta fina, fabricación de joyas corporativas y de todas las condecoraciones que se otorgan en Guatemala, incluida la Orden del Quetzal.

Nació el 4 de marzo de 1932, en el mismo lugar en donde ahora se ubican las oficinas centrales de Industrias De La Riva, en la 9a. avenida, zona 1.

Su familia introdujo el concepto del anillo de graduación, en 1946, en nuestro país y Centroamérica. Al principio eran importados de Estados Unidos, y a partir de 1970 se fabricaron en la empresa de don Juan Manuel.

De profunda fe católica participó activamente en la Curia, la Nunciatura Apostólica, movimientos de evangelización y hermandades e impulsó las vocaciones sacerdotales. Su espiritualidad la heredó de sus padres, Angelita Lafargue de De La Riva, cubana, quien fue novicia en Canadá, pero abandonó los votos religiosos para formar familia con Enrique De La Riva Palmer, originario de Andalucía, España. La pareja tuvo tres hijos: Juan Manuel, Manuela y Julio Mario.

Don Juan Manuel se casó con Celeste Aída Estradé Castro Conde, en 1956, el 8 de septiembre, día de celebración de la natividad de la Virgen María y de la advocación de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. De esa unión nacieron Luisa Fernanda, Antonio José, Federico Guillermo y Ángela María.

Pionero deportivo

En 1955, con su amigo y compañero de trabajo durante 50 años Roberto Yaeggy narraron por primera vez para la televisión, en el Canal 8, la Serie Mundial de Beisbol.

Un ejemplo

“Era de pocas palabras, no recuerdo algún consejo en particular, pero su forma de vida y de comportarse era un ejemplo constante”, afirma Antonio José, uno de sus hijos. “Mi papá—añade Federico Guillermo— me dijo en cierta ocasión: Tú puedes negociar lo que sea, menos tus principios y tus valores”.

“Don Juan se esforzaba en buscar las cualidades de las personas. Entregaba su confianza a todos, aunque le fallaran”, relata Julio Reinoso, gerente de la fábrica de joyería, con 41 años de experiencia. “Él pagó completo el funeral de mi madre”, recuerda con gratitud.

“Todos tenemos algo que agradecerle y por eso no lo olvidaremos”, asegura Aura Marina Ruiz, con 37 años en la empresa. “Don Juan pagó los gastos médicos de mi parto y me ayudó cuando construí mi casa”, recuerda.

Don Juan Manuel murió el 1 de julio. En su vida fabricó con esmero miles de condecoraciones. Todos opinan que ahora él ha conseguido la más valiosa, la que no va en el pecho, sino en el corazón: la del amor, respeto y admiración de quienes le conocieron.

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