El surfista aguarda expectante la confirmación oficial de que la ola que remontó ayer fue la mayor del mundo.
En sus declaraciones televisivas, el deportista comentó que el trabajo de preparación y de seguridad fue grande y se reconoció aliviado por haber evitado una zona de rocas.
“Si hubiésemos chocado contra esas rocas, no sabíamos si hubiésemos regresado”, apuntó.
McNamara ya logró tomar otra gigantesca ola en noviembre de 2011 en la misma costa de Nazaré, a unos 100 kilómetros al norte de Lisboa.
Portugal está considerada una de las “mecas” del surf europeo y fue premiado el pasado año por la organización Save The Waves (“Salvad las olas”).