Los que respaldan la medida opinan que es necesaria para combatir una epidemia de aburrimiento y depresión que inició cuando Irlanda impuso nuevos y estrictos límites al alcohol en conductores en 2011.
Pero el ministro de Justicia Alan Shatter censuró la propuesta el jueves en un discurso ante el Parlamento y la calificó de “sumamente irresponsable”.
Hace una generación, conducir con algunas copas de más era muy común en Irlanda, e incluso siempre había un bar en los poblados más pequeños o intersecciones más desoladas.
Pero este siglo, el país ha mejorado constantemente sus estándares de seguridad vial, que incluyen exámenes obligatorios de manejo, pruebas de alcoholemia, y sobre todo un sistema de puntos que quita las licencias a los conductores peligrosos, en especial a los alcoholizados.
El esfuerzo ha reducido las muertes en caminos desde más de 400 anualmente en la década de 1990 a sólo 162 el año pasado, en este país donde habitan 4,6 millones.
Los propietarios de bares en Kerry dicen que su negocio se ha desplomado junto con esa cifra de muertes; sin embargo, rechazan que exista una relación entre ambas tendencias. Ellos aseguran que los caminos muchas veces estrechos y poco alumbrados cerca de sus negocios siguen siendo seguros para las personas, incluso después de beberse tres pintas (1,6 litros/57 onzas) de cerveza.
Danny Healy-Rae, propietario de un bar en Kerry, opina que los agricultores deberían tener permiso de conducir “entonados” porque no van tan rápido en sus tractores como para matar a alguien. Agregó que quien se beba dos o tres pintas en un pub debería tener un permiso para conducir a casa, siempre y cuando maneje a menos de 50 kph (30 mph).