Además, el incremento de los acuerdos comerciales bilaterales, regionales y plurilaterales donde se establecen normas para el comercio, los servicios y la inversión, debiendo negociar estos en congruencia con las normas multilaterales, ya que estos tienen diversas motivaciones e intereses, ya sea por razones políticas, de zonas geográficas, métodos y composiciones sectoriales.
Por otro lado, la integración comercial cuyos conceptos están evolucionando, por las cadenas globales de suministro y de valor, a las la que muchos países se están integrando, están cambiando el promedio del contenido importado de las exportaciones, comparado con las negociaciones de hace 30 años. Este se ha incrementado en los últimos años al doble, cambiando la estructura del producto considerado de origen nacional. Lo que quiere decir en otras palabras, que es un cambio de lo que hoy conocemos como concepto de origen y de lo que veremos en el futuro en el comercio internacional bajo el concepto de “Hecho en el Mundo”.
Hace 30 años las negociaciones comerciales se centraban básicamente en negociar cuotas y aranceles de los productos considerados de origen nacional. Ahora se vive en un mundo en el que la apertura comercial tiene que ver con la aplicación de regulaciones que se perfilan diferentes. Además, lo que es más difícil negociar ahora es que las regulaciones no arancelarias no están destinadas a proteger solo a los productores, sino también a los consumidores, y, como ejemplo, podría mencionarse el tema de la carne tratada con hormonas, entre los Estados Unidos y la Unión Europea.
Lo anterior hace que el sistema multilateral sea aún más relevante, ya que ofrece mejores condiciones en términos de estabilidad y transparencia de las normas, las cuales todos los países miembros han acordado. La idea es tener un campo de juego nivelado en el que todos deban seguir las mismas reglas y que, por lo tanto, tengan la misma capacidad para ser competitivos.
La relevancia de las grandes rondas de negociaciones comerciales multilaterales, cuyo origen es la liberación del comercio a escala mundial, tales como la Ronda Uruguay del GATT y la Ronda Doha de la OMC, donde la liberalización del comercio en general es beneficiosa, pero en ellas hay ganadores y perdedores. Al abrir un mercado se corre el riesgo de afectar a algunos productores, a cambio se abre mercado a productores considerados ganadores que tienen ventajas competitivas, por lo que los países deben ser muy cuidadosos con dicho balance.
Las negociaciones de la Ronda de Doha, la cual lamentablemente se encuentra actualmente en un impasse, se debe en parte, según algunos expertos, por el principio del consenso que se aplica en este organismo, además de otras dificultades, pero en parte también tiene que ver con los efectos de la crisis económica, a la cual aún se enfrenta el mundo.
Por eso algunos entendidos en el tema consideran que se requiere de una reforma del Sistema Multilateral del Comercio, para disponer de los medios necesarios para hacer frente a los retos actuales y del futuro del comercio global. Esperamos que en este año se visualicen soluciones para tan complicados problemas del comercio mundial.
eduardo.mision@wtoguatemala.ch