Guatemala

Quieren funeral en Guatemala

Avalancha: Familiares piden apoyo para trasladar los cuerpos

En medio del dolor y la tristeza, los familiares de siete de las víctimas guatemaltecas que cobró la avalancha en San Bernardino, California, EE.UU., el pasado 25 de diciembre, tienen un deseo: que los cuerpos sean repatriados y enterrados ?en la tierra que los vio nacer?.

Los parientes de siete inmigrantes guatemaltecos que murieron soterrados bajo un alud de piedras y lodo en el cañón de Waterman, en California, aún se encuentran incrédulos y devastados por la noticia.

El dolor por la pérdida irreparable podría aliviarse si lograran enterrar los cuerpos en Guatemala.

?Se fue mi hija, mi yerno, mis dos nietos. Aunque vivía lejos, ella era la única que me amparaba. Me mandaba mis centavitos. Quisiera enterrarlos aquí, pero no tengo dinero. Ojalá y nos ayudaran?, expresó ayer Petrona Tacaxoy, en Santa Bárbara, Suchitepéquez.

Su hija Clara Luz Pihir es esposa de Jorge Monzón y madre de Wendy, Raquel y Jeremías, de apenas 8 meses, quienes murieron bajo el alud. En Santa Bárbara, quedó huérfana Ligia, de 15 años.

?Lo que más duele es que Wendy, de 17 años, acababa de irse a Estados Unidos. Quería ir ayudar a sus papás y tenía la ilusión de conocer al bebé?, dice Victoria de Monzón, madre de Jorge.

El era pastor de la Iglesia de la Profecía de Dios y guardián del campamento Santa Sofía, en las faldas de las montañas de San Bernardino.

Allí, junto a otros 28 inmigrantes, en su mayoría guatemaltecos, estaba celebrando la Navidad, cuando ocurrió la tragedia.

Entre ellos se encontraba Gilberto Juárez, también originario de Suchitepéquez, quien vio cómo la avalancha se llevó a su hija Katerine y a su esposa, Rosa Haidee Nájera. Sólo logró salvar a Stephanie, de 3 años.

?Estamos tristes por él. Ella era su compañera y ahora se fue. Sólo le pido a Dios que le dé la fuerza para soportar la pérdida de su mujer y su hija?, expresó su madre, Josefa de Juárez.

Encuentran más cuerpos

La búsqueda de cuerpos continuaba ayer en California. Los equipos de socorro hallaron otros seis cadáveres, lo que elevó a 15 el número de muertos.

?Esta tarde encontramos el cuerpo de un niño de 8 meses?, informó a la Agencia Francesa de Noticias (AFP), Dennis Moe, de la oficina del Departamento de Policía de San Bernardino, al este de Los Angeles. Un adolescente de 14 años aún permanecía desaparecido, pero ante la amenaza de la lluvia que podría provocar más deslaves, las autoridades suspendieron la búsqueda.

Harán lo posible

Al igual que su consuegra Petrona, Victoria tiene el deseo de enterrar a su hijo y nietas en su pueblo. ?Si fuera la voluntad de Dios y del consulado, quisiera traerlos. Hoy (ayer) estuvimos haciendo trámites, pero todo estaba cerrado?, explicó.

Aracely Nájera, hermana de Rosa Haidee, también espera poder enterrar a su hermana y sobrina en Tiquisate, Escuintla. ?Quisiéramos ponerlas juntas, al lado de mi mamá y mi papá?, dijo.

Mientras, en California se hace lo posible para trasladar los cadáveres y que los gastos sean mínimos, informó Fernando Castillo, cónsul de Guatemala en Los Angeles.

?El consulado ya tiene contacto con las familias, y la funeraria se hará cargo del traspaso. Como Cancillería, nos haremos cargo de los gastos?, aseveró Edgar Gutiérrez, ministro de Relaciones Exteriores.

Relato: ?Las encontraron abrazaditas?

Sentada, en su casa de Tiquisate, Escuintla, Aracely Nájera aún no cree la noticia de que su hermana Rosa Aidé de Juárez y su sobrina Katerine, de 7 años, murieron bajo el alud de piedras y lodo en California. Desde allá, sus hermanos Mildred y René Nájera la llamaron el jueves 25 de diciembre para comunicarle las malas noticias.

?El domingo hallaron los cuerpos. Dicen que las encontraron abrazaditas.Quisiera pensar que era una broma del Día de los Inocentes, pero no es así. Se fue mi hermana?, expresó Aracely, quien aún se arrepiente de no haberla llamado el día de Navidad.

Como miles de inmigrantes guatemaltecos, Rosa Aidé viajó hace 11 años a Estados Unidos para buscar una mejor oportunidad, junto a dos hermanas y un hermano. Su sueño americano se convirtió en una pesadilla con un final trágico: dejó a su esposo Gilberto Juárez y a sus hijos, Stephanie, de 3 años, y Alexander, de 13. El último acababa de viajar a EE.UU.

?Mi cuñado no puede creer cómo en cuestión de minutos perdió a su esposa y a su hija, cómo la corriente arrasó con todo?, cuenta Mildred, desde San Bernardino, California. Con la voz quebrada, ella relata que habían pasado juntas la Nochebuena. ?Ella era nuestra hermana mayor, nuestro consuelo.

Esperamos poder enterrarlas en Guatemala, porque ella siempre quiso volver?, dice.

Testimonio: ?Era mi consuelo?

La tristeza y el dolor se notaban en la voz de Victoria de Monzón, madre de Jorge Monzón, guatemalteco que murió junto a su esposa y tres hijos en una avalancha en San Bernardino, California, EE.UU. ?El 25, Adán (otro hijo), no me quería decir lo que había pasado.

Pero sólo vi a Ligia (la otra hija de Jorge) llorando y me imaginé algo malo. No lo puedo creer. El era mi hijo, mi consuelo?, expresó de Monzón.

Un día antes de la tragedia, Jorge la llamó por teléfono para desearle feliz Navidad. Ella llevaba más de 10 años de no verlo, pero él siempre estuvo pendiente. ?Me llamaba bastante. Ese día me preguntó si iba a hacer tamales, y me prometió que la otra semana me iba a mandar mis centavitos, pero ahora que ya no está, ¿qué vamos a hacer??, indicó.

Ahora espera enterrar a su hijo, su nuera y nietos en el país que los vio nacer. ?No tengo dinero para traerlo, pero ojalá nos puedan ayudar?, expresó.