SIEMPRE VERDE – El final de una etapa

MAGALY REY ROSA

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Termina el año 2007, y me parece un momento propicio para cerrar un ciclo. En abril de 1996, al finalizar la celebración del Día de la Tierra, nos reunimos un grupo de hombres y mujeres que compartíamos la necesidad de trabajar para detener la destrucción de la riqueza natural de Guatemala. De esa reunión nació el Colectivo MadreSelva. MadreSelva es el sueño hecho realidad: si se juntan las fuerzas y los corazones se pueden lograr muchas cosas importantes. Durante sus primeros 12 años, este colectivo de ecologistas, activistas, radicales y pacifistas demostró que, como dijo Margaret Mead, un pequeño grupo de seres humanos puede hacer la diferencia. Entre los aportes más importantes al ecologismo guatemalteco, MadreSelva fue el primer grupo que se atrevió a discutir públicamente los problemas ambientales desde su perspectiva política y colocarlos como una de las prioridades en el debate nacional. Casos importantes, como la efectiva defensa del Parque Nacional Río Dulce frente a las pretensiones de la papelera transnacional Simpson, serán recordados junto con las carátulas de los periódicos retratando las caras madreselvistas pintadas de mimos. La defensa legal que intentamos hacer del Parque Nacional Laguna del Tigre abrió, por primera vez, la discusión —en 1999— sobre la manera en que la industria petrolera amenaza y afecta los ecosistemas donde se realiza la extracción. Además de múltiples casos de defensa de nuestra riqueza natural que, liderados o acompañados por MadreSelva, posiblemente la campaña más notoria de esta primera etapa fue la que se inició en el 2003 contra la minería química de metales. MadreSelva ha servido de modelo e inspiración, y se ha ganado el respeto y la confianza de pueblos indígenas y comunidades guatemaltecas, por haberles acompañado y apoyado en sus luchas de resistencia y defensa de sus recursos naturales con un alto nivel de integridad. Hoy me despido públicamente del equipo de trabajo del Colectivo MadreSelva. Sale la última activista del grupo fundador original, y se cierra así una etapa en la vida del Colectivo. Confío en que los madreselvistas mantengan la pasión, el compromiso y la acción creativa que ha caracterizado su trabajo. MadreSelva tiene retos formidables por delante, como colectivo activista, en la defensa de la naturaleza guatemalteca. Guatemala necesita de muchas madreselvas más, de muchos espacios más que nos permitan unir fuerzas Yo seguiré tratando de trabajar, soñando que podemos heredar un mejor lugar a todos los hijos de esta Tierra, siempre verde. Termina el 2007, se cierra un ciclo y empieza otro. Ojalá sea el inicio de muchas cosas buenas, de muchos sueños nuevos. Que atrás quede el pensamiento viejo, para que pueda florecer una nueva manera de ver la Vida. ¡Paz y armonía para el 2008!

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