El nuevo año chino
Curiosas coincidencias sobre predicciones astrológicas chinas
Este es el año de la serpiente de madera. La modernización del simbolismo zodiacal ocurrió en 1992, se hizo una telenovela en cooperación entre China, Hong Kong y Taiwán, con el protagonismo de la artista Zhao Yazhi. La historia es antigua: una sierpe, Bai Suzhen, consigue transformarse en mujer, contrae matrimonio y tiene un hijo. El monje, Fai Hai, lo considera indigno y la encierra en la pagoda de Leifeng. Otra serpiente, Xiao Qing, ayuda en la instrucción del joven, quien gana los exámenes para adquirir una plaza imperial. En su puesto, ordena la destrucción de esa pagoda, libera a su madre y convierte al monje en cangrejo. El viejo simbolismo se modernizó con ligas en luchas burocráticas.
Los signos zodiacales chinos sirven para llamar a la prudencia y refrenar pasiones desesperadas.
Asombroso, en nuestro país, una alta funcionaria, María Consuelo Porras Argueta, fiscal general, tiene el signo de este año. A los nacidos bajo esta advocación se les describe como personas astutas, tienen objetivos y métodos claros. Su expresión es fluida y llega a veces a la elegancia cuando no se dejan ganar por la emoción, pues tienden al enojo; no obstante, nunca olvidan la prudencia. Se enfadan cuando reciben ataques, pero mantienen la calma. ¡Son terribles adversarios!
El encontrar a la madera asociada, refiere simbólicamente la resiliencia ante agresiones. Los augures chinos señalan a los nacidos bajo el signo del buey, el dragón o el gallo como los asociados de la serpiente. Aparecen situaciones reveladoras, pues se indica entre los oponentes a los influenciados por el perro. A estos se les atribuyen características opuestas: son declarativos, directos y no ocultan sus intenciones. Como se sabe, el presidente César Bernardo Arévalo de León tiene este signo. Téngase presente al diputado Samuel Andrés Pérez Álvarez, bajo el signo de la rata, cuyo comportamiento tenderá a la agresividad. En cambio, la diputada Karina Alexandra Paz Rosales es conejo, su inteligencia emocional le ayudará a salir de trampas.
Quien dude de estos señalamientos tradicionales puede aquilatar los muchos vaticinios bajo interpretación de la tradición china para comprobar esas inquietantes coincidencias. Entre muchas, una referencia basta. Consulte a Ludovica Squirru Dari, una popular astróloga, cuyas recomendaciones se reproducen en gran cantidad de diarios alrededor del mundo. Sin conocer las circunstancias nacionales, concuerda en semejantes características descritas.
Para muchos, las predicciones de este tipo se deben considerar como pensamiento supersticioso. No obstante, las determinaciones y continuidades expresadas en sentido general muchas veces se encuentran presentes, como en nuestro caso. Fue Leibniz, *1646 +1716, quien después de estudiar el I Ching llamó la atención sobre la conveniencia de aplicarse a la conducta personal. Pues, en general, son las personas quienes descubren la pertinencia de considerarlas útiles.
En la actualidad tiene relevancia Carl Gustav Jung, *1875 +1961, quien llamó a estas coincidencias sincronicidad. Se trata de constataciones sin una relación causal establecida. Estaban ocultas en el inconsciente, pero cuando se expresan se les considera útiles, pues, en general, buscan llamar a la prudencia, el cuidado y abandonar las malas pasiones. Por todo ello no es ocioso recordar al nuevo año 4723 chino para ejercer una operación de reflexión sobre personajes locales. Al final, se adquiere prudencia, precaución y, eventualmente, llamados a la tolerancia y el respeto a la ley. Jamás se debe olvidar que se comparte la humanidad y por encima de desavenencias, no se debe acudir a medidas de fuerza.