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Fe en cada paso rumbo al Señor de Esquipulas
Con profunda fe y devoción, cientos de feligreses realizan la peregrinación de rodillas hacia el altar del Señor de Esquipulas, cumpliendo promesas y agradeciendo milagros en uno de los actos más conmovedores de la tradición religiosa guatemalteca.
Fieles de distintas partes del mundo llegan al altar del Señor de Esquipulas, demostrando cómo su devoción y gratitud por los milagros concedidos trascienden fronteras a través de emotivas penitencias. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Devotos originarios de Sololá, recorren de rodillas más de dos kilómetros como muestra de fe y agradecimiento, hasta llegar a los pies del Señor de Esquipulas. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Un padre devoto coloca mantas en el camino para ayudar a sus hijos a cumplir su peregrinación de rodillas hacia la Basílica del Señor de Esquipulas. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Con manos llenas de fe y esperanza, los devotos se acercan al altar de la basílica del Señor de Esquipulas. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
De rodillas y con profunda fe, los devotos recorren más de dos kilómetros sobre la 3ª Avenida, hasta llegar al altar del Señor de Esquipulas. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Conforme avanzan en su peregrinación de rodillas, los devotos reciben el apoyo de personas que colocan mantas y suéteres de niños. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Es una ofrenda de fe que podría traer la bendición anhelada: salud, trabajo y la oportunidad de un futuro mejor. Aseguran los fieles católicos. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Desde las aceras y alrededores, personas observan con admiración y respeto a los peregrinos cumplir su penitencia a su llegada a la Basílica del Señor de Esquipulas.(Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
A lo largo del año, los peregrinos cumplen y renuevan sus promesas al llegar de rodillas hasta los pies del Señor de Esquipulas, expresando su devoción y gratitud por los milagros recibidos. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Niños y adultos por igual cumplen su penitencia de rodillas al llegar a la Basílica del Señor de Esquipulas. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
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