La diferencia en La última cima es que Domínguez es en verdad destacado, la representación de la entrega y el desapego, cuya vida fue la mejor cosecha a la hora de su repentina y temprana muerte, y en cuyo entorno, para relatar su historia, se descubren muchos que son parecidos a él, y al final, una congregación religiosa que aún tiene muchos valores que admirar.
Como dice su director, Juan Manuel Cotelo, por primera vez algo con tanto sentido de bondad y alegría es un buen tema para llevarlo al cine, más allá de la especulación y el sensacionalismo que maneja la temática que caracteriza a los últimos tiempos.
Asombroso
Lo más impactante de este trabajo cinematográfico, de origen español, es que ha llegado a miles de personas sin una estrategia de mercadeo más allá que la que ofrece Internet y el deseo del público por conocer la historia del sacerdote que murió joven en una montaña, donde sabía que viviría su último día.
Es a través de esta labor de hormiga, como se proyectará en Guatemala a finales de diciembre o principios de enero.
En España ha tenido un impacto muy fuerte que ha llegado a oídos de Latinoamérica, con total éxito.