Enero 10, 14 y 20
Seguramente Maduro, Cabello y todos ellos pasaron una semana muy tensa.
El viernes 10 de enero se autoproclamó presidente de la República Bolivariana de Venezuela el dictador Nicolás Maduro, después de haber perdido las elecciones del 28 de julio del año pasado, según muchísimos reportes locales e internacionales. Los chavistas saben muy bien que perdieron, decía una nota de prensa días después de esa elección, por lo que se dieron a la tarea de luchar contra el pueblo con represión y contra el mundo con mentiras.
Trump tendrá una posición muy seria en contra de la dictadura de Maduro en Venezuela.
La líder de la oposición, María Corina Machado, salió del refugio donde estuvo más de 100 días. El jueves 9 logró, como en la campaña del año pasado, una marcha con multitudes. Fue secuestrada por un comando del gobierno y posteriormente liberada. Muchos esperaban la aparición el día 10 del presidente electo, Edmundo González Urrutia, que salió al exilio a España hace meses y que tiene el apoyo de muchísimos países del mundo. Maduro mandó a cerrar todas las fronteras y a cuidar todo el espacio aéreo para que eso no sucediera.
Seguramente Maduro, Cabello y todos ellos pasaron una semana muy tensa, pero lo que no cabe duda es que Venezuela sigue siendo el lugar de América más deteriorado por el mal manejo político, económico y social de la dictadura Chávez-Maduro con el disfraz del socialismo del siglo 21.
Mañana, martes 14, cumple el presidente de Guatemala un año de haber asumido el cargo. Le tocará presentar a la Nación y al Congreso de la República resultados de ese primer año de gestión. Seguramente su equipo de comunicación está con una tarea complicada cuando se trate de presentar los resultados tangibles, porque los intangibles son fáciles de plasmar.
Debo destacar que Bernardo Arévalo es una persona con mucha tolerancia, pero poco a poco es notorio que la va perdiendo cuando periodistas lo cuestionan. También debo destacar que no ha logrado formar el gabinete que el país necesita para que cumpla con los planes propuestos en la campaña electoral.
Ahora le tocará a Arévalo, para bien de todos, escuchar más a quienes tienen experiencia en cada campo clave. Deberá tomar decisiones del quehacer en cada área que genere logros bien marcados. Así eliminará, de una vez por todas, las excusas de lo que recibió y su pleito con la fiscal general, que solo lo distrae. Ya tiene presupuesto abundante como para que en el país se vea inversión pública. Toca la fiscalización de todos esos recursos, porque se escucha de mucha corrupción en diferentes instituciones públicas y no es noticia nueva cómo cada día hay muchos más ladrones. Para mal de Arévalo y del Movimiento Semilla, lo que escucho en muchos lugares es la desaprobación del primer año de gestión. Vale la pena hacer encuestas serias.
El lunes 20, tendrá lugar toma de posesión del expresidente y presidente electo de los Estados Unidos, Donald J. Trump. Esta es la primera vez en muchas décadas que un expresidente es electo no consecutivamente, sino un período después. Seguramente los cuatro años fuera del cargo y en la oposición le habrán ayudado a tomar más experiencia. Probablemente la noticia principal de ese día serán las muchas órdenes ejecutivas que firmará para hacer los cambios necesarios. Así logrará tener una plataforma adecuada a su plan de trabajo, que dista mucho del del gobernante saliente.
Trump tendrá, a través de la gestión de Marco Rubio como cabeza del Departamento de Estado, una posición muy seria en contra de la dictadura de Maduro en Venezuela. En el caso de Guatemala, también habrá diferencias importantes en la relación, dado que los actores principales en el Departamento de Estado actual de esa relación ya se han ido retirando o están por retirarse. Trump va a querer mucho apoyo de Guatemala en temas claves para seguridad de los Estados Unidos.
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