Al grano

¿Por qué es este el momento oportuno de la justicia?

Entre los que piensan que nada puede mejorarse en la Constitución y los que esperan al momento ideal, las cosas nunca van a cambiar.

Para algunos líderes sectoriales, sea de las profesiones universitarias, del sector privado o de cualquier otro, simplemente, nunca es oportuno considerar una reforma constitucional de nada. Supongo que, para ellos, con base en su infalible intuición o alguna otra fuente de certidumbre indiscutible, cualquier reforma constitucional, en cualquier momento, ha de ser, siempre, para peor. En ese sentido, dichos líderes están convencidos de que el régimen constitucional de Guatemala ha llegado a su nivel óptimo y cualquier reforma lo empeoraría.

Entre los que piensan que nada puede mejorarse en la Constitución y los que esperan al momento ideal, las cosas nunca van a cambiar.

Para otros líderes, la situación no es tan radical.  Simplemente, hay que esperar el “momento ideal”.  Y claro, el problema es que, en la realidad, nunca llega el momento ideal.  Otros son todavía más flexibles, conformándose con el “momento oportuno”. Ahora bien, en este grupo hay, por lo menos, dos subgrupos, a saber: el negativo y el calculador. 

El subgrupo negativo se distingue porque, para ellos, prácticamente, nunca llega el “momento oportuno”.  En eso, para efectos prácticos, están en la misma posición de quienes piensan que la situación actual es, simplemente, inmejorable. 

En el grupo de los calculadores hay, a su vez, dos subgrupos.  Uno, de los calculadores egoístas y el otro, de los calculadores altruistas.  Los primeros, de lejos la inmensa mayoría, ven el momento oportuno como aquel en que, si se diera una reforma, su situación concreta mejoraría.  Puede que no mejorara la situación de las mayorías o de las instituciones de la república, vista en su conjunto, pero la del grupo que hace los cálculos, sí mejoraría.  Claro, esto es poco probable porque, como es fácil advertir —a menos que sean engañados—, los que no perciban que su situación mejoraría como consecuencia de la reforma constitucional propuesta, no van a respaldarla —sea como diputados constituyentes o como ciudadanos que los eligen o como ciudadanos que ratifican o rechazan la propuesta de reforma—.  Para efectos prácticos, este subgrupo de los calculadores egoístas se sitúa, también, muy cerca de los oportunistas negativos, de los “idealistas” y de los radicales. 

Por último está el subgrupo de los calculadores altruistas.  Estos ven el momento oportuno como aquel en que las condiciones son tales que la mayoría de los ciudadanos están en situación de apreciar que la reforma constitucional que se propone será para su beneficio y, además, de la república, en general.  El problema es que, como arriba se indicaba, la inmensa mayoría de las personas, interesadas como viven en sus propias cosas, difícilmente mueven un dedo para impulsar (casi ni siquiera considerar) una propuesta constitucional para bien de las instituciones de la república.  Así, para efectos prácticos, este subgrupo tampoco encuentra el momento oportuno para una reforma constitucional. 

La moraleja de este asunto es que, si los líderes de este país que creen que su marco constitucional de la justicia pudiera mejorarse van a esperar al momento ideal o al momento oportuno para llevarla a cabo, para efectos prácticos, van a esperar para siempre. 

Pero, realmente, el momento oportuno es este.  Lo es porque, para que llegue el largamente ansiado desarrollo económico y este país tenga la prosperidad necesaria para superar la ignorancia, las enfermedades que hoy día tienen cura, la malnutrición de la que todavía sufren demasiados niños, etcétera, se requiere de inversiones multimillonarias.  Y esos capitales, con el sistema de justicia que actualmente tiene Guatemala, no van a invertirse aquí. Por eso, el momento oportuno es este.

ESCRITO POR:
Eduardo Mayora
Doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona y por la UFM; LLM por la Georgetown University. Abogado. Ha sido profesor universitario en Guatemala y en el extranjero, y periodista de opinión.

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