La Policía Nacional Civil (PNC) dijo que la extensión pertenece a Guillermo Ramírez y consta de 40 hectáreas, donde precisamente se ubican los nacimientos que surten a las comunidades vecinas.
Los habitantes demandan que el Instituto Nacional de Bosques no permita la tala o bien se pueda acordar con el propietario que no se corten árboles cercanos a las fuentes de agua.
Para discutir la problemática se creó una mesa de diálogo, mas no ha dado resultados.