Gatos pequeños
Los gatitos aprenden por imitación. Si viven con su mamá, probablemente se instruyen en usar la caja de arena al seguir sus pasos. Pero si, en cambio, el gatito es huérfano, toca adiestrarlo.
• Utiliza la tapa de una caja de zapatos o alguna bandeja de hornear con lados bajos para que sea fácil el entrar a ella. Colócalo en la caja y con tu dedo juega moviendo la arena como si fueses a enterrar algo. Su curiosidad lo llevará a imitar tu movimiento. Aunque no sienta la necesidad de utilizar la caja, el simple hecho de aprender a enterrar puede que lo estimule a dejar su primer “depósito”.
• Si utiliza la caja de manera correcta, prémialo con palabras positivas, un juguete o quizás con un poco de comida reservada especialmente para el entrenamiento.
• No lo levantes de la caja. Déjalo que aprenda a salir solo. Mientras sea necesario, deja algún desperdicio en la caja para que el gatito, por el olor, aprenda la ruta hacia la misma y la encuentre por cuenta propia.
• Al cabo de unos meses, cambia la caja a una de tamaño normal. Coloca la tapa de cartón dentro de la caja para que el gatito sepa que ésa es su nueva caja. Una vez sea utilizada varias veces, elimina la tapa de cartón.
Gatos adultos
Si adoptas a un gato adulto el entrenamiento puede ser diferente. Pero existe un denominador común entre todos: mantener la caja limpia. Una caja sucia no va a atraer al gato.
Un truco para ayudar al entrenamiento es el tener dos cajas una al lado de la otra. El gato orina en una y defeca en la otra. Esto también es exitoso en situaciones donde hay más de un gato en la casa. Cada uno tiene su caja, manteniendo su territorio.
Si adoptas un gato que vivía fuera de la casa, acostumbrado a hacer sus necesidades en la tierra, enseñarlo a utilizar la caja es un proceso diferente. Para empezar, trata de seguirlo a su “baño” en el patio. Trae un poco de la tierra o césped que utilizaba y colócalo en la caja dentro de la casa. El olor a su baño exterior lo ayudará a encontrar su nuevo sanitario.