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Salario mínimo 2025: Cámaras empresariales advierten sobre impactos para la actividad productiva
Diversas son las posturas expuestas con relación al nuevo aumento salarial que cobrará vigencia en el 2025.
La actividad agrícola tendrá un incremento al salario en 2025 de 10% según el decreto presidencial. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Las reacciones han surgido en las últimas horas por la fijación del salario mínimo para el 2025, que se incrementó en 10 % para las actividades agrícolas y no agrícolas, y 6 % para las actividades de exportación y maquila.
Tanto el sector patronal como sindical han reaccionado a la decisión del presidente Bernardo Arévalo de brindar un ajuste salarial a la paga mínima para los trabajadores del sector privado a partir del 1 de enero del 2025.
Arévalo siguió la línea como sus antecesores de hacer un incremento anual, que viene en una constante desde el 2013, a excepción de la pandemia en el 2020, cuando se congeló por contraerse la economía.
Posturas encontradas
El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) y la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) publicaron sus posturas con relación al nuevo pliego salarial del 10 % y 6 %, advirtiendo sobre posibles consecuencias en el nivel de precios en la economía.
“Incrementar el salario mínimo sin criterios técnicos adecuados compromete el aparato productivo principal de Guatemala, representado por las micro, pequeñas y medianas empresas y la fuerza laboral trabajadora”, indicó el Cacif por medio de un comunicado.
Aseguran que muchas empresas enfrentarán dificultades para absorber ese costo adicional, e incluso podría aumentar la informalidad -sector económico-. En muchos casos, según el Cacif, las pequeñas empresas podrían verse obligadas a reducir su nómina laboral.
“Incrementar el salario mínimo sin criterios técnicos adecuados compromete el aparato productivo principal de Guatemala, representado por las micro, pequeñas y medianas empresas y la fuerza laboral trabajadora”
Comunicado Cacif
En tanto que la CIG expuso que es un incremento “desmedido”, sin un sustento técnico, y que tendrá consecuencias para el empleo formal. “Solamente el 30 % de los guatemaltecos trabajan en la economía formal y esta medida ocasionará que la cifra se reduzca, teniendo un impacto en los beneficios de un empleo formal para miles de guatemaltecos”, aseguró.
La CIG reiteró que la micro, pequeñas y medianas empresas ya enfrentan obstáculos en sus operaciones por la falta de infraestructura adecuada, demoras en el sistema portuario y otros factores que impactan en la competitividad, por lo que “su sostenibilidad se verá afectada severamente ante esta alza al no tener la capacidad de absorber estos costos incrementales sin una mejora en la productividad”.
Por otro lado, la Cámara de la Industria señaló que es preocupante que esta decisión pueda tener efectos inflacionarios, ya que provocará incrementos en la canasta básica, así como pérdida del poder adquisitivo.
En todo caso ambas organizaciones empresariales coinciden en que incrementos de tal magnitud “comprometen el futuro de las empresas”, sobre todo de los emprendimientos, afecta las Mipymes y la estabilidad macroeconómica.
Impacto en costos laborales
Para Alejandro Ceballos, vicepresidente de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex), la fórmula para la fijación del salario mínimo es el camino por seguir, porque no les quita el poder adquisitivo a los trabajadores y no les resta a las empresas.
En el caso de la maquila y actividad exportadora no se pueden trasladar los incrementos en los precios ahora como está la economía en Estados Unidos. Explicó que para el 2025 el cálculo del salario mínimo fue por “cuadradora”, lo que representaba un riesgo muy serio para el sector.
Aclaró que “afortunadamente el gobernante escuchó la recomendación” y no fue tan duro el incremento salarial a este sector. Coincide en que lo que va a generar el otro aumento -al sector agrícola y no agrícola- es una inflación que podría dispararse, pues los trabajadores no la van a contener y reiteró que el ajuste a la paga mínima “hay que hacerlo con fundamento técnico para no perder la competitividad”.
Sobre el 10 % del ajuste decretado a otros sectores, Ceballos enfatizó que la medida será por la “absorción de los precios”, que es algo “duro” y para los mismos trabajadores que recibirán el aumento, ya que todos hacen los cálculos de cómo se resolverá en la economía local “y los precios se irán para arriba que históricamente ha pasado”.
Estructura de los costos
Óscar Erasmo Velásquez, ex viceministro de Economía, señaló que habrá una presión en los precios por la vía del salario mínimo, pues dependerá de la actividad productiva, sobre todo aquella que utiliza de manera intensa la mano de obra. Eso puede puede deducir que en la estructura de costos el porcentaje mayor sea el pago de salarios, y podría presionar a un incremento de precios.
Entonces, dependerá de la naturaleza de la actividad económica, resaltó. Para las actividades no agrícolas y agrícolas el porcentaje de costos laborales no es tan significativo como lo es para las maquilas. En el agro se hace uso intensivo del recurso humano para la siembra y para la cosecha.
Reiteró que no debe haber presión inflacionaria por el tema de salarios y por la estructura productiva que no utiliza de manera intensiva la mano de obra; y para la maquila, “no hay como trasladar los precios porque la producción es para exportar y no para atender el mercado interno”. “No hay mayor presión en materia de precios”, concluyó.
Para el 2025 la política monetaria, cambiaria y crediticia calcula que la inflación estará en el rango del 4 % más/menos 1 %.
Control de precios
El sindicalista Francisco Mendoza recordó que durante las sesiones de las comisiones paritarias y de la Comisión Nacional del Salario (CNS) la propuesta fue en unificar en Q200 para las tres actividades, ya que existe una brecha para cubrir el costo de la canasta básica de alimentos (CBA). Instó a las autoridades a mantener políticas de control de precios cuando se aplique la nueva base salarial.
“Hay una necesidad que los trabajadores tengan un ajuste a la CBA y llegar a su costo. Sostenemos que lo correcto es llegar a indexar el costo de vida versus los ingresos de los trabajadores, y a partir de ahí hablar de incrementos”, afirmó.
Puntualizó que hay que buscar una fórmula o estrategia para encontrar un equilibrio en los ingresos de los trabajadores, y revertir la informalidad.
Mirada política
El politólogo independiente Douglas González brindó una perspectiva política a la medida de ajuste salarial por parte del mandatario, la cual dijo es “entendible desde el punto de vista político y desde la parte económica”.
A su juicio, el gobernante recoge los principios originados en el Código de Trabajo, que es un legado de la Revolución de Octubre 1944 e inclina su gobierno hacia la clase trabajadora.
Para el siguiente año, “Arévalo recupera credibilidad y aceptación con amplios sectores de la clase trabajadora y lo posiciona como el rector de la política económica y laboral, lo acerca a sectores sindicales y sociales a su gobierno”, explicó.
Y a la consulta de si puede significar un roce con el sector privado organizado, González respondió: “Al sector privado le envía un mensaje de autoridad y de no ceder a presiones, aunque en su discurso mencionó puertas abiertas para un diálogo de una política salarial multianual. Es una oportunidad para que el sector privado plantee sus posiciones institucionales”.
Finalizó que en general es un acierto del presidente, pero será al Ministerio de Trabajo que le tocará supervisar que las empresas cumplan con su obligación, y al Ministerio de Economía “la difícil tarea de profundizar la política de formalización de empresas para que más trabajadores gocen no solo de salario mínimo sino de prestaciones y seguro social”.
Brindar certeza y mejorar competitividad
Hugo Maul, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), reconoció que es una decisión consumada, y afirmó que dentro de un año se estará en la misma situación, pero la forma particular de fijar el salario mínimo no permite generar certeza sobre la evolución del costo de la mano de obra, en especial a las empresas que son intensivas de mano de obra poco calificada.
“Como país se debe implantar una discusión seria sobre cómo establecer un mecanismo que le permita a los inversionistas saber a qué atenerse en materia del costo salarial”, apuntó.
"Se requiere una serie de factores, porque el problema no solo es el salario, sino el ecosistema y el resto de las condiciones que deben afrontar las empresas o compañías relacionados con la competitividad, infraestructura y todo lo relacionado a la certeza jurídica"
Hugo Maul, analista del Cien
También se podrían reconocer condiciones diferentes a las Mipymes, tal como se hace con el sector exportador “pero siempre ocurre lo mismo, que se sube el salario, pero no se soluciona el problema fundamental de generar fuentes de empleo”.
Al final se requiere una serie de factores, porque el problema no solo es el salario, sino el ecosistema y el resto de las condiciones que deben afrontar las empresas o compañías relacionados con la competitividad, infraestructura y todo lo relacionado a la certeza jurídica.
“Si estos factores se atienden de manera positiva, el ajuste al salario estaría más fácil de llevarlo a las empresas, pero todo lo demás no funciona y ahí se equivoca el Ministerio de Trabajo, que juzga únicamente la parte a las remuneraciones, y el Ministerio de Economía debería de jugar un papel más protagónico haciendo ver que los otros factores que influyen de manera negativa para tratar de encontrar un equilibrio”, concluyó Maul.