El hecho fue calificado como“uno de los crímenes más perversos”, según las autoridades.
La prensa estadounidense informó que la mañana del domingo 22 de diciembre, un hombre se acercó tranquilamente a una mujer, que posiblemente trataba de dormir, en un tren de la ruta F en la estación de Coney Island – Avenida Stillwey.
Sin decir nada, el sujeto prendió fuego a la ropa de la mujer, dijo la jefa del Departamento de Policía de Nueva York, Jessica Tisch.
El guatemalteco, de 33 años y del que se desconoce la identidad, aún no ha sido acusado formalmente, pero se le supone el único autor de la muerte de la mujer.
La Policía asegura que el hombre se quedó mirando desde un banco del andén del metro mientras la víctima luchaba contra las llamas hasta morir.
Según el New York Post, que cita a fuentes policiales, el sospechoso regresó a Estados Unidos en una fecha imprecisa después de su deportación en 2018. Además, estuvo en varios albergues municipales en Nueva York, aprovechando que la ciudad tiene una de las mayores redes públicas de albergues del país y que una ley de hace medio siglo obliga a la ciudad a no dejar a nadie sin techo.
Hasta el momento se ha podido rastrear su paso por el albergue de Randall´s Island, ahora cerrado, ya que el joven dio esa dirección para lograr un abono gratuito de transporte.
“Usó lo que creemos era un encendedor para incendiar la ropa de la víctima, que quedó completamente envuelta en llamas en cuestión de segundos”, dijo la oficial, quien agregó que tras el aviso agentes acudieron rápidamente al lugar y apagaron las llamas con un extintor.
“Desafortunadamente, fue demasiado tarde y la víctima fue declarada muerta en el lugar”, resaltó Tisch.
Tras difundir públicamente su foto, las autoridades recibieron una alerta de tres estudiantes de secundaria y lo arrestaron en una estación de Manhattan.
La policía obtuvo una foto clara del sospechoso a través de las cámaras, ya que éste se había quedado en el lugar, sentado en un banco en la plataforma justo afuera del vagón del tren.
Las autoridades creen que la víctima y el sospechoso no se conocían.
Según el Departamento de Policía de Nueva York, no hubo interacción alguna entre los dos cuando ocurrió el incidente.