Les deseo una feliz Navidad
en las cuales lo que se ofrece es todo aquello que el Estado tiene la obligación de proveer: seguridad, educación, salud. Eso no se debe ofrecer; esas son las obligaciones que el Gobierno tiene hacia el pueblo que lo elige. O sea, ofrecer las funciones que el Estado tiene es un insulto a la inteligencia del pueblo. Más aún es publicitar lo hecho, como sucede en el gobierno actual, donde se gastan millones en propaganda para anunciar que se cumplió con las obligaciones. Oímos una campaña del Fondo de Tierras diciendo que se compraron tierras; la dependencia encargada del resarcimiento dice que ya se cumplió con no sé cuántos miles de afectados por el conflicto armado; el Ministerio de Educación, que hay más estudiantes inscritos en las escuelas, y así todos, gastándose millones en publicidad, para decir que hicieron lo que tenían que hacer.
Los retos del próximo gobierno se deben centrar en el combate de los principales flagelos de nuestra sociedad: falta de seguridad, falta de educación y de salud; todos coincidimos con el fin, pero los métodos de algunos son diferentes. Algunos que dicen representar a la izquierda no son más que representantes del más catastrófico populismo y, además, están con las manos sucias por la galopante corrupción que nos agobia.
Para que un gobierno cumpla con las obligaciones que el sector privado no puede cubrir, necesita de una recaudación suficiente y que estos fondos no se despilfarren, como ha sido la costumbre desde hace varias décadas. Solo aumentando la confianza se tendrá lo necesario; de lo contrario, el capital huirá.
El nuevo gobierno deberá comenzar a rechazar desde ya las tesis económicas que no ayuden a la capitalización de las empresas y que no estimulen la inversión tecnológica, dejar por un lado todas aquellas ideas que no aumenten la competitividad y la ampliación de los mercados.
Todos aquellos que están deteniendo el progreso del país deberían ser juzgados por crímenes contra la sociedad, pues no tienen ningún derecho a impedir la llegada de inversión de parte de extranjeros y de connacionales. Nosotros necesitamos prosperar para que nuestra gente pueda tener un empleo digno y bien remunerado. No tienen derecho a espantar a todo aquel que llega con el objetivo de generar riqueza.
El gran acuerdo nacional sobre los objetivos nunca se logrará con gente que trata de polarizar al país, que crea trincheras para dividirnos. Los resultados de sus ideologías están a la vista en las urnas, pero no llegan a entender que el pueblo ya no los quiere. Lógicamente los veremos oponerse a las ideas que promuevan el desarrollo con raquíticas protestas callejeras con el fin de intimidar a congresistas y otros funcionarios. Lamentablemente, algunos de estos tienen terror de perder unos cuantos votos.
Hoy por la noche el lindo mensaje de paz no llegará a todos los corazones, pero esperamos que algún día, con decisiones firmes, la paz y el bienestar lleguen e inunden todos los corazones. Feliz Navidad.