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Lo que no se nombra, no existe

Esta innovadora aplicación constituirá el primer informe de nacimiento electrónico y considera también casos irregulares.

Ella llegó a nosotros sin saber su nombre completo o su fecha de nacimiento. Era una adolescente del área rural que no había sido registrada en ninguna parroquia ni municipalidad al nacer, menos en el Registro Nacional de Personas (Renap). Nunca había ido a la escuela ni a un centro de salud, y nunca había salido de su comunidad. Sin nombre ni identidad, no existía. Comenzamos por solicitar una prueba forense para conocer su edad. A través de una placa dental supimos que tenía, aproximadamente, 15 años.

Esta innovadora aplicación constituirá el primer informe de nacimiento electrónico y considera también casos irregulares.

¿Por qué es importante que las niñas y los niños sean registrados en el Renap al momento de nacer? Porque comienzan a existir en su sociedad. Porque tienen derecho a tener una identidad, un nombre y un apellido, lo cual constituye una filiación directa con su familia. Porque les permite pertenecer a un territorio y tener una nacionalidad, además de acceder a muchos más derechos, deberes y beneficios que el Estado otorga a su ciudadanía, a través de los distintos programas sociales. Guatemala ratificó en 1990 la Convención de los Derechos del Niño, y esto también obliga al Estado a hacer positivo el derecho a la identidad que cada niño y niña tienen desde su nacimiento.

Por todo lo anterior, me parece fundamental el papel que ha venido jugando el Renap en erradicar y prevenir el subregistro de nacimientos en Guatemala, a través del Departamento de Prevención y Erradicación del Subregistro.  En este caso me referiré, particularmente, a un plan piloto recientemente autorizado por el Renap en el marco del Sistema Alerta Temprana de Vida, que se pondrá en práctica en seis municipios (Sumpango, Santiago Sacatepéquez, Chimaltenango, Tecpán, San Pedro Jocopilas, San Bartolomé Jocotenango), enfocado en “utilizar tecnología para fomentar una cultura de identificación, facilitar el registro oportuno y eventualmente mitigar y erradicar el subregistro”. Lo anterior, en palabras de la licenciada Sadie Cardillo, quien, desde hace algún tiempo, ha venido impulsando fuertemente esta iniciativa.

Según la licenciada Cardillo, esta aplicación es pictórica e icónica, lo cual quiere decir que maneja imágenes y es amigable, diseñada especialmente para el uso de comadronas que atienden partos en las comunidades de difícil acceso. Con ello se busca facilitar el proceso de inscripción, ya que con el código que la comadrona da a los padres, ellos pueden acercarse al Renap del municipio, sin necesidad de papel, a hacer la inscripción formal, también en forma electrónica. Son los primeros pasos para caminar hacia un gobierno electrónico y Renap ha sido pionero en ello. “Es especialmente novedoso, porque resalta mucho el papel de los niños y niñas que (…) necesitan estar inscritos para obtener muchísimos beneficios, entre ellos salud, educación, alimentación, becas, posteriormente cuando se convierten en adultos, el acceso al DPI e infinidad de otras oportunidades para (…) ser sujetos de derechos y obligaciones en un futuro.”

La mesa técnica que le da vida a este proyecto interinstitucional está integrada por Renap, Ministerio de Salud, Conacmi y comadronas. Esta innovadora aplicación constituirá el primer informe de nacimiento electrónico y considera también casos irregulares. Recordemos que son 60 días los que tienen padres y madres para registrar a sus recién nacidos; después, hablamos ya de un subregistro. Otra novedad de esta iniciativa  es que usarán las redes municipales de la Red para el Diálogo y Registro de la Población Guatemalteca (Rediregua) para monitorear, a los 45 días de un nacimiento, que la primera información dada por las comadronas haya tenido seguimiento. Si la madre o el padre no han inscrito a sus hijos, la Rediregua tratará de localizarlos, para evitar el subregistro. Así como la estrella de Belén avisó del nacimiento de Jesús, este sistema nos avisará, a través de la tecnología, de muchos nacimientos de niñas y niños que llegarán al mundo en Guatemala. Y, por ello, existirán.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.