Nota bene
Libertad de expresión, aborto y muerte
Controversia en Francia
A finales de noviembre estalló una batalla con implicaciones globales entre el canal de noticias conservador CNews y la agencia que regula las comunicaciones audiovisuales y digitales, Arcom, en Francia. Arcom impuso una multa de US$105 mil a CNews porque los presentadores del programa “En busca del espíritu” afirmaron que el aborto es la principal causa mundial de muertes. La autoridad juzga que el programa incumplió con su “obligación a la honestidad y al rigor en la presentación y el manejo de la información”, puesto que, según la legislación francesa, el aborto no es causa de muerte: solamente se puede asesinar a un ser vivo (humano) y en Francia el feto no es considerado como tal.
Los presentadores del programa “En busca el espíritu” citaron los datos publicados por Worldometer, de la Organización Mundial de la Salud. Consulté el sitio mencionado, y efectivamente, aparece allí que, en lo que va del año 2024, se han practicado más de 43 millones de abortos. El número sube constantemente, ante los ojos de los visitantes del sitio electrónico. También han muerto 296 mil 686 madres dando a luz. El número de abortos supera por mucho las muertes por enfermedades infecciosas, cáncer, malaria y otros motivos. Además, la OMS cataloga el aborto como una causa de muerte. Los dueños de CNews sostienen que lo afirmado desde su canal no es una inconveniente opinión, sino una verdad respaldada por estadísticas publicadas.
Este no es un caso aislado. El canal CNews, propiedad del católico Vincent Bolloré, ha sido multado múltiples veces este año por no coincidir con la ideología progresista dominante en Francia. En 2017, Alemania pasó la ley más agresiva de Europa: las compañías mediáticas con más de dos millones de usuarios, como por ejemplo Google y X, pueden ser multadas hasta por US$50 millones si no eliminan comentarios y posts reñidos con la legislación alemana. Y en Inglaterra, en octubre, los reguladores impusieron una multa de US$130 mil al canal conservador GB News porque las preguntas en una entrevista al ex primer ministro Rishi Sunak, también conservador, no fueron lo suficientemente balanceadas, a criterio de las autoridades.
¿Quieren controlar nuestros pensamientos?
Las medidas de este tipo ponen en peligro la libertad de expresión. Y, aunque las autoridades lo nieguen, la legislación para controlar nuestras conversaciones tiende a beneficiar a quienes piensan como los burócratas que hacen valer las reglas; los criterios alineados con el pensamiento progresista y woke son censurados en mucho menor grado que los criterios conservadores.
Coincido con el comentarista estadounidense Jonathon Van Maren cuando afirma que hemos caído en una trampa lingüística anticipada por George Orwell. En su famosa novela distópica, 1984, Orwell acuña los términos “doble discurso” y “nuevo discurso” para describir el procesos mediante el cual el gobierno somete a la población tras ejercer el control sobre el lenguaje. En el país ficcional imaginado por Orwell, Oceanía, el gobierno describe el bombardeo de pueblos como un acto de “pacificación”, y el encarcelamiento de rebeldes como la “eliminación de elementos indeseables”. Se equipara la guerra con la paz y la esclavitud con la libertad. Y se limita el número de palabras: “plusbueno” reemplaza palabras como mejor o mayor. Los gobernantes logran que las personas coincidan con una conclusión predeterminada, precisamente porque el vocabulario que pueden utilizar para estructurar sus ideas y pensamientos es reducido, paradójico y confuso.
Si nos prohíben analizar las consecuencias de un aborto, que termina con la vida de un bebé humano, entonces la acción de abortar puede llegar a considerarse un acto moralmente indiferente.