Columnas Diarias
El Presupuesto 2025
Ahora vienen las acciones legales, mediáticas y políticas.
Desde la mañana del miércoles 27 de noviembre, lo que más se escucha en todos los círculos donde me muevo es sobre cómo votaron los diputados el Presupuesto 2025 y los calificativos del caso. Tratando de averiguar razones de ese nefasto 26 y 27 de noviembre, de las explicaciones que más he escuchado de personas informadas son dos:
1) Como para Semilla el fin justifica los medios, se dio la oportunidad de aprobar el Presupuesto 2025 vs. la oferta a diputados distritales de tener dinero para obra en sus distritos vía los consejos departamentales de Desarrollo, donde los fondos son administrados principalmente entre gobernadores, diputados y alcaldes.
América Latina está por volverse una prioridad para la política internacional de los Estados Unidos.
2) Que el binomio presidencial y miembros del suspendido partido de gobierno en el Ejecutivo y en el Legislativo no ven en Donald Trump a un aliado por factores ideológicos y posiblemente por algunas dudas de la gestión del gobierno de Biden con Guatemala, se dieron al apuro de aprobar las leyes de la manera que lo hicieron en la encerrona del 26 y 27, porque no ven apoyos a partir del 20 de enero del 2025.
Ahora vienen las acciones legales, mediáticas y políticas vs. la aprobación de la modificación a la Ley contra la Delincuencia Organizada, la Ley de la PNC y algunas amenazas, ilegalidades, irregularidades e inconstitucionalidades en la forma y fondo del Presupuesto 2025.
Los calificativos que más he escuchado es que en el Congreso de la República el dinero es el que mueve todo y no el proceso legislativo en ley, que el presupuesto es el aceite que lubrica la corrupción, que en la política ya están bien marcados los decentes —que son los menos—, la mafia y la izquierda.
Me llama la atención un artículo de Brian Winter que leí el 10 de diciembre, que titula, traducido a español, América Latina está por volverse una prioridad para la política internacional de los Estados Unidos, y que agrega en un subtítulo que Trump modificará tres décadas de negligencia benigna. Además, con la designación de Marco Rubio como secretario de Estado y el anuncio de hace dos días de designar a Richard Grenell como enviado presidencial para Misiones Especiales, el ojo en Guatemala en distintos ámbitos como el geopolítico, la migración ilegal, el narcotráfico y la corrupción será marcado a lo republicano. Aunque anuncia a Grenell como el responsable de su parte en atender temas candentes como Corea del Norte y Venezuela, me temo que tanto para Rubio como para Grenell, Cuba, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y Colombia estarán en su agenda como prioridades.
Me da pena la molestia real de la población guatemalteca con el abuso de la forma y del fondo del Presupuesto 2025. Es un muy mal precedente y soy de los que quisieran se revise a fondo y se corrija, pero como el presidente Arévalo lo sancionó, pues no queda más que por la vía legal se logren esas correcciones. Es entendible que diputados del interior tengan gastos de movilización de su lugar de residencia a la capital y gastos de estadía, pero eso no se resuelve en un punto en una madrugada con un aumento salarial de la magnitud que se lo recetaron.
Desconozco qué sucede el día a día en la esquina suroccidente del Palacio Nacional y qué se conversa y define en sesiones de Gabinete, pero ojalá que el presidente y los asesores revisen qué está bien y qué está mal, y no solo preparar discursos y visitas al interior que sin duda ayudan, pero que no mueven la aguja de lo tan necesario, que es brindar certeza jurídica para la inversión en el país, y lo necesario que es que lo que le corresponde al Gobierno invertir con fondos públicos lo haga, pero con eficiencia y con transparencia.
Guatemala viene del octubre negro en el 2023 a la madrugada de luto del 27 de noviembre, y eso deben tomarlo en cuenta los del Congreso, los del Gobierno y los de la Comunidad Internacional.