“El resto de municipios desfogan sus aguas residuales en los ríos. Solo La Esperanza les da tratamiento antes de arrojarlas”, indicó Castillo.
En la cabecera departamental solo existe una planta de tratamiento municipal, construida hace 14 años, pero apenas procesa aguas servidas de 250 viviendas, de las 35 mil que hay en ese municipio.
El alcalde, Jorge Rolando Barrientos, quien lleva ocho años en el cargo y fue reelecto, reconoció que es necesario construir al menos cuatro plantas grandes, pero se necesita una inversión de Q18 millones.
Puntualizó que no ha podido solventar este problema debido a la demanda de servicio de agua entubada y sistemas de alcantarillado. “Hemos cambiado alrededor de nueve kilómetros de tubería cada año”, expresó.
Barrientos informó que la Municipalidad exige a los condominios y empresas privadas que tengan su propia planta de tratamiento. Sin embargo, añadió, se sabe que muchas de estas no funcionan, y la municipalidad no los supervisa.
Varias plantas de tratamiento de condominios privados se encuentran en el abandono y no son evaluadas por la comuna, indicó Carmen Barrios, del departamento de Drenajes, de la Empresa Municipal de Aguas de Xelajú (Emax).
Barrios informó que para poder dar seguimiento a las plantas privadas como lo establece el Ministerio de Ambiente, es necesario reforzar el laboratorio de la Emax.
Tratar aguas servidas en Xelajú ayudaría a otros municipios, según Abraham García, de la oficina de medioambiente de Cantel, y adujo que no cuentan con plantas de tratamiento, pero trabajan para implementarlas a lo largo del río Salamá.
“Construimos una a un costo de Q1 millón, aunque será inútil para detener la contaminación del cauce, pues este es contaminado de manera alarmante por la población altense. Xela tira las aguas sin ningún tratamiento, y es el municipio que más contamina ríos”, dijo Barrios.