Huang, que antes de dedicarse a los negocios privados era funcionario público, tenía previsto desembolsar 6 millones de euros (8 millones de dólares) por la compra de ese pedazo de isla, que según algunos analistas locales daría acceso a la segunda potencia económica a recursos naturales y a una zona estratégica en el transporte marítimo.
El empresario acusó a los países occidentales de “imponer dobles estándares”, ya que al tiempo que piden al mercado chino que se abra, estos cierran la puerta a la inversión del país asiático.
La venta, según el rotativo, fue iniciada por los propietarios islandeses de los terrenos, e incluso algunos miembros del ejecutivo del país europeo han expresado su preocupación por el inesperado rechazo de la venta de terrenos a Huang, entre ellos la primera ministra Johanna Sigurdardottir.
El empresario chino alertó a sus conciudadanos de que se aseguren de antemano del entorno político de un país antes de embarcarse en los mercados globales, porque se podrían ver en medio de intereses políticos enfrentados.
Huang es el presidente de la firma pequinesa Zhongkun Investment Group, que en agosto anunció sus planes de construir un complejo hotelero de alto nivel en los terrenos islandeses mencionados con una inversión de 200 millones de dólares (151 millones de euros).
En su entrevista con el “China Daily”, Huang rechazó que su compra escondiera intereses ocultos para favorecer a su país, y señaló que su motivación era “el amor a la belleza natural del país” y sus vínculos con su pueblo.
El Ministerio del Interior de Islandia informó el sábado de que el rechazo de la venta de terrenos se debía a que “es imposible ignorar las enormes dimensiones” del área que Huang quería comprar y agregó que “no existen precedentes para que una parte tan grande de las tierras de Islandia queden bajo control extranjero”.