“Los murciélagos están desapareciendo a un ritmo alarmante, debido en parte a la ignorancia y desconocimiento de los beneficios que proporcionan”, precisó el copresidente del grupo de especialistas sobre murciélagos de la UICN, Paul A. Racey.
Estos animales, que son el segundo grupo de mamíferos con más especies -unos 1 mil 250 tipos de murciélagos-, llevan a cabo una importante labor ecológica en el proceso de polinización, dispersión de semillas y reducción de plagas de insectos.
Por ejemplo, en México, el murciélago de cola (Tadarida brasiliensis) se alimenta de las plagas de insectos que anidan en los cultivos de algodón y tabaco, reduciendo así las poblaciones de insectos y la cantidad de pesticidas.
“Debemos construir una estrategia para la conservación de murciélagos y educar a las nuevas generaciones acerca de su importancia en el ecosistema”, aclaró Racey.
Los murciélagos pueden cobijarse en la oscuridad de las cuevas, los agujeros de los árboles o entre follaje de casi cualquier tipo de hábitat, siempre que encuentren dos cosas fundamentales para ellos: un espacio en el que almacenar comida y un palo en el que poder dormir colgados boca a bajo.
Por ello es habitual encontrarlos en frondosos bosques, donde apenas penetra la luz y donde pueden hallar muchas ramas en las que reposar allí colgados durante el día, aunque la UICN señaló que la creciente deforestación a escala mundial está acabando con el hábitat natural de estos animales.
El presidente de la comisión de supervivencia de especies de la UICN, Simon Stuart, destacó que los murciélagos son una de las especies de mamíferos más menospreciadas y que es urgente preservar los bosques que constituyen su hábitat y neutralizar el resto de amenazas a su supervivencia.