A contraluz

Nubarrones sobre el periodismo


El periodista es un cronista de su tiempo y debe ser una voz crítica contra quienes abusan del poder.

Gabriel García Márquez llegó a decir que el periodismo es el mejor oficio del mundo, porque veía en él una forma de explorar y contar historias que nacen de la realidad. El periodista es el cronista de la inmediatez, de la historia efímera, un testigo de su tiempo. El premio Nobel colombiano valoraba el periodismo por estar en contacto constante con la vida cotidiana, pero al mismo tiempo lo entendía como una herramienta para cuestionar el poder, dar voz a los que no tienen voz y coadyuvar a la generación de cambios en la sociedad. Esa es la esencia de esta profesión que es fundamentalmente subjetiva, porque el periodista es un ser humano que siente, piensa y expone. En un país, como Guatemala, el periodista es un cronista de su tiempo y debe ser una voz crítica contra quienes amenazan la democracia, saquean los recursos públicos y utilizan el poder para conculcar la libre emisión del pensamiento.


El Ministerio Público ha retorcido las leyes para perseguir a periodistas contestatarios.

El Día del Periodista se conmemora hoy en Guatemala en medio de nubarrones por la serie de acciones represivas que buscan silenciar a quienes se atreven a desafiar a los que se consideran intocables. Cuando creíamos que la época tenebrosa del conflicto armado interno (1962-1996) era historia y la persecución de periodistas, con su cauda de secuestros, torturas y asesinatos, ya había pasado, ahora de nuevo vuelve a ser una cruda realidad. Esta vez se retuercen las leyes no solo para tratar de acabar con la democracia, sino como arma contra quienes denuncian esos hechos. El Ministerio Público, dirigido por Consuelo Porras, se ha convertido en una amenaza para el ejercicio del derecho constitucional a la libertad de expresión. El caso de José Rubén Zamora Marroquín es una prueba contundente de cómo se intenta acallar una voz contestataria. Porras y un juez venal lo tuvieron en prisión preventiva durante 813 días y ahora tratan de retorcer la ley para encarcelarlo de nuevo.

La persecución contra Zamora Marroquín se extendió al diario El Periódico. Las oficinas de este medio fueron allanadas por el MP, luego de que publicara La fábula del ogro y el principito azul que lo quería todo, en el 2022, en referencia a la voraz corrupción del presidente Giammattei y su pareja Miguel Martínez. Aunque Porras dijo que la acción no estaba dirigida a afectar al matutino, en la práctica determinó su cierre definitivo por el embargo de sus cuentas, que llevó a su asfixia económica. Además, la directora del medio, reporteros y columnistas fueron perseguidos y muchos de ellos tuvieron que salir al exilio. Igual situación afrontan periodistas como Juan Luis Font que también tuvo que abandonar el país. De esa forma se evidencia cómo el MP, en manos de Porras, se ha convertido en un instrumento de venganza para quienes critican a las mafias de la corrupción y la impunidad.

El periodista Diego España, reportero del diario La Hora, se ha agregado a la lista de perseguidos por Porras. Esta vez se utilizó a la fiscal Sofía Castillo para que deformara la forma de cómo fue abordada por el periodista y a partir de ahí fabricaron una doble persecución penal. En redes sociales circula el video de cómo España entrevistó a la fiscal sin que mediara ninguna presión y de la manera más cordial. Luego el MP se inventó que el reportero había “arrinconado” e “invadido el espacio personal” de la fiscal, como pretexto para utilizar la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer. La razón de este hostigamiento es que el periodista sacó a luz, en La Hora, la forma en que la fiscal Castillo se había reunido, a puerta cerrada, con la jueza Abelina Cruz sobre el caso Construcción y corrupción, algo que constituye una falta gravísima de acuerdo con la legislación nacional. Por eso, hoy hay poco que celebrar porque el periodismo está en peligro por los esbirros que retuercen las leyes.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.