Por la libertad

Presupuesto: desfinanciando el futuro

Esto es la pura aplicación de la teoría del “Public Choice”, aquí y en cualquier país del mundo.

Al momento de escribir este artículo, los diputados están aprobando el presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación para el año 2025, por un total de Q152 millardos. Hablan de Q148.5 millardos, pero tal como lo explicó José Alejandro Arévalo en su columna de opinión, ayer, en Prensa Libre, la Comisión de Finanzas, que dio el dictamen favorable, se sacó de la manga un artículo que adiciona Q3.5 millardos para el Ministerio de Comunicaciones y que no está incluido en el total del presupuesto de Q148.5 millardos.

Encima de todo, una parte del endeudamiento va destinada a gastos de funcionamiento. Es un presupuesto imprudente.

Si tomamos en cuenta que los ingresos tributarios que se esperan podrían ser de Q105 millardos, entonces el presupuesto está desfinanciado en Q47 millardos, que representan el 31 % del presupuesto total. ¿De dónde saldrán esos recursos? De endeudamiento. Este gobierno está endeudando a los guatemaltecos como ningún otro lo había hecho. La deuda estatal significa pan para hoy, pero hambre para mañana, ya que esta deuda se deberá pagar con más impuestos en el futuro. Cuando una familia se endeuda, lo hace pensando en su capacidad de pago, de manera prudente, para invertir en un activo que le permita mantener su valor o que le sea una herramienta útil para su trabajo o su vida. Una deuda en una familia podría ser para comprar una casa a largo plazo, un automóvil, una moto o equipar la casa. Pero la capacidad de pago es fundamental para poder dedicar del total de sus ingresos una parte prudente a pagar por los bienes adquiridos con préstamo y poder atender el resto de las necesidades de la familia. El gobierno debería seguir el mismo principio, pero no lo hace. Menos este gobierno, que es intervencionista y utiliza una versión obsoleta del Keynesianismo en donde gastar es lo importante, sin importar dónde ni cómo, simplemente hay que gastar. Para ello, no importa endeudarse, ya que es difícil incrementar los impuestos y no se puede hacer uso del Banco de Guatemala para cubrir todo ese gasto exagerado.

Las cámaras empresariales del país, así como la Asociación de Banqueros de Guatemala, ya han advertido sobre los peligros de un endeudamiento creciente y descontrolado. Se espera un déficit fiscal del 3.1 %. Encima de todo, una parte del endeudamiento va destinada a gastos de funcionamiento. Es un presupuesto imprudente. Incluso si no se aprueba y se queda en vigencia el presupuesto del año anterior, tendremos un presupuesto que requerirá endeudamiento, ya que el del año anterior incluye una ampliación que aplicaría para este año.

Considero que la irresponsabilidad fiscal de aprobar un presupuesto desfinanciado y que compromete la estabilidad económica del país se dará debido a los intereses de los diputados distritales por obtener más fondos para sus comunidades. Estos fondos ya están ofrecidos. El interés de ellos es cortoplacista; están tratando de quedar bien con sus votantes y no les importa el resto. Tienen apenas un año de estar en el Congreso y les quedan tres más, si es que no son reelectos. Por eso, es de su interés votar a favor de estos presupuestos mayores, porque recibirán más dinero para sus proyectos.

De la misma manera, los alcaldes presionan por un incremento en sus presupuestos. La Constitución asigna un 8 % del total del presupuesto a las municipalidades, y esto es un incentivo para presionar a sus diputados a votar a favor. No es que todos estén a favor del gobierno, pero sí lo están de sus propios intereses, que ahora convergen, a corto plazo, con los del gobierno. Esto es la pura aplicación de la teoría del “Public Choice”, aquí y en cualquier país del mundo. Esto es lo que algunos llaman corrupción, pero es parte del comportamiento humano, nos guste o no, para nuestra desgracia.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).