EDITORIAL

Sin eficiencia en lo poco y ahora les dan más

En los últimos ocho años, los Codedes han recibido Q31 mil 400 millones, pero no se nota un impacto real de tal cifra en la mejora de la calidad de vida y oportunidades en las comunidades.

El gran problema de las ineficiencias, tardanzas e incompetencias en la ejecución transparente de recursos públicos ha encontrado un incentivo perverso en el precedente creado por el anterior oficialismo, cuando en el 2022 trasladó Q3 mil millones en recursos de obra vial sin ejecutar hacia el presupuesto del año siguiente. Los resultados chapuceros del amaño legaloide están a la vista. Pero, sin duda, el peor efecto de aquella arbitrariedad es el precedente malsano que ahora es utilizado como pretexto para avalar mayores bolsones de gasto en instancias que han demostrado vulnerabilidad a las injerencias de diputados distritales, alcaldes coaligados y financistas contratistas, valga la rima.

Por eso causa grima y serias dudas el posible destino de Q12 mil 500 millones que serían asignados a proyectos de consejos departamentales de Desarrollo, según el dictamen favorable del Presupuesto para el 2025. Dicho monto está formado por Q4 mil 322 millones de aporte ordinario, Q5 mil de aporte “extraordinario” —que saldrá de recortes a varios ministerios, incluyendo Educación— y, como cereza del pastel de ineficiencia— Q3 mil millones que quedan sin ejecutar de este año por diversas causas, entre ellos los retrasos en la designación de gobernadores.

Si no han sido capaces de ejecutar la mitad de fondos disponibles para este año, ¿cómo se puede apostar tan alta suma a un sistema cuyo funcionamiento es constantemente asediado por intereses ajenos al desarrollo, aunque, eso sí, este concepto es mencionado constantemente como excusa. Y se señala esta parcial inoperancia, tomando como referencia una cifra: en los últimos ocho años, los Codedes han recibido Q31 mil 400 millones, pero no se nota un impacto real de tal cifra en la mejora de la calidad de vida y oportunidades en las comunidades.

Entonces, ¿qué es lo que motiva a los diputados de la Comisión de Finanzas a avalar tal botín? Con cierto eufemismo se habla de acuerdos y negociaciones en los cuales también participan diputados oficialistas que quizá esperan apoyos en otras iniciativas a cambio de concesiones como estas. También se arguye, en el hemiciclo, la existencia de una lista de proyectos en proceso y próximos a iniciar en todos los departamentos, pero tal enumeración no fue aclarada con el detalle necesario y quizá trascienda en la plenaria donde se pretende aprobar el plan de gasto, en la cual también deberían colocarse ciertos candados, salvedades y advertencias para asegurar la eficiencia, claridad y publicidad de las adjudicaciones, así como las exigencias de una auditoría de calidad.

Tales garantías legales para una mejora en la ejecución de recursos públicos deberían ser exigidas por el bloque oficialista. Aún es posible encontrar en redes sociales el reclamo que hacía el partido Semilla, en marzo del 2022, por la aprobación en la Comisión de Finanzas del antes mencionado paquete vial de Q3 mil 500 millones con fondos no ejecutados del año anterior. Según la Ley de Presupuesto, todo lo que no se ejecuta debe ir al fondo común.

Los consejos departamentales de Desarrollo fueron creados con la finalidad de propiciar una gestión más democrática de recursos y potestades en los departamentos; de ahí su integración con representantes que participan ad honorem. Un estudio de Asíes, del 2023, señaló disfuncionalidades, como la injerencia de actores políticos interesados y la falta de criterios técnicos para la toma de ciertas decisiones. Hará falta ver qué ocurre en la siguiente plenaria del Legislativo, allí se comprobará si los mueve la responsabilidad o la gazuza.

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