Chiquimula

Hábito de disparar al aire causa tragedias

María Antonia Pérez, de 6 años, jugaba en el patio de su vivienda cuando una bala perdida le hirió la pierna, el año pasado, en Camotán, Chiquimula, y aunque logró restablecerse tras haber sido llevada al hospital de la cabecera, ya no sale al patio y se asusta al escuchar cohetillos.

Paramédicos trasladan a un hombre   en una  ambulancia municipal de Jocotán, luego de haber sido  herido por una bala perdida, en la aldea Las Flores.

Paramédicos trasladan a un hombre en una ambulancia municipal de Jocotán, luego de haber sido herido por una bala perdida, en la aldea Las Flores.

CHIQUIMULA – María Pérez Suchité, madre de María Antonia, relató que pese a que viven en el área rural, en la aldea Sesemilito, es frecuente escuchar balazos, pues los propietarios de ganado disparan al aire, para evitar que les roben reses o cerdos. “Alguna de esas balas hirió a mi hija”, dijo.

El caso de María Antonia no es aislado, ya que el número de personas que acostumbran disparar al aire se incrementa en varios municipios de Chiquimula y Zacapa, y en consecuencia crece la cifra de víctimas de balas perdidas.

Las estadísticas de la PNC indican que en lo que va del 2011 se han reportado 70 heridos con arma de fuego, de los cuales, el 10 por ciento es por balas perdidas.

María Cristina Morales, de 16 años, descansaba en una hamaca en el corredor de su casa, en la cabecera de Chiquimula, cuando una bala le impactó en la pierna derecha.

Se registran casos en los que la víctima ha perdido la vida. Celestino Pérez, vecino de Jocotán, relató que en ese municipio es frecuente escuchar balazos en el área urbana. “Han muerto varios a causa de ello “, afirmó.

Nada inofensivo

Pobladores de la cabecera de Chiquimula y Camotán también han expresado su preocupación porque cada vez hay más personas que, independientemente del motivo, disparan al aire al creer que es una práctica inofensiva.

En muchos vecindarios el riesgo es mayor, debido a que las construcciones son de lámina y nailon, materiales que pueden ser atravesados por los proyectiles, que penetran en las viviendas con facilidad.

Juan Rosa, de Esquipulas, aseguró que la población está preocupada porque disparar al aire se ha convertido en una costumbre de todas las noches en esa ciudad. “Hay hombres que se movilizan en motocicletas y disparan, sin tomar conciencia del daño que puedan causar”, expresó.

En la cabecera, los vecinos refieren que algunos de las sitios donde más se acostumbra esa práctica es en el barrio La Democracia, los residenciales Chiquimula y Canaán, y las colonias Bueso y Valle Nuevo.

Carmen de Molina, de la zona 1 de la ciudad de Chiquimula, comentó que cuando escucha detonaciones se dirige apresurada a los cuartos de sus hijos, para corroborar que estén bien.

A Carolina Pérez, otra vecina, le cuesta conciliar el sueño, pues teme que pueda sucederle alguna fatalidad a su familia, por balas perdidas.

Práctica nueva

El gobernador de Chiquimula, Franklin Moscoso, dijo que los disparos al aire no son una práctica nueva. “Eso no es justificación, pues las quejas van en aumento, debido a que hay más gente que tiene armas y las maneja de manera irresponsable”, señaló.

El funcionario pidió a la Policía Nacional Civil (PNC) que haga recorridos frecuentes, para contrarrestar esa situación, y a la población que denuncie estos hechos.

El comisario Francisco Uluán explicó que recién asumió el puesto y no ha hecho capturas relacionadas con ese delito, pero para prevenirlo ha reforzado la presencia policial en los vecindarios.

La autoridades recomiendan denunciar estos hechos, aunque los vecinos prefieren que la PNC incremente los recorridos, ya que. como dijo Cristina Morales: “No duran presos, y al salir buscan venganza”.

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