Los jóvenes modelos empolvados con cabello ondulado han dejado de ser imperturbables. Algunos de ellos esbozan una amplia sonrisa y otros no resisten a la tentación y estallan las burbujas. Al comienzo del espectáculo, el primero de la fila baja la escalera metálica del Liceo Carnot de París hacia el patio, donde le espera el público, como si fuera el último día de clases.
“Es un chico que se va de vacaciones” , explica el estilista sardo Antonio Marras, delante de un panel donde hizo un collage de fotografías de los años sesenta. “Se va de París para ir a Miami o a La Habana, a Saint-Tropez, a Portofino o a Capri” , se imagina.
“Tiró a la basura su vestuario de ciudad, de oficina, para adoptar la camisa hawaiana” y colores “muy vivos, fucsia, amarillo y verde ácidos, azul eléctrico, motivos florales, y también complementos muy coloridos” .
Ligereza y colores luminosos para recuperar “el espíritu de las vacaciones y la alegría de vivir” , resume Antonio Marras, aunque su colección también incluye bermudas beis más clásicas o compaginaciones de azules marinos, poco atrevidas.
Jean Paul Gaultier había apostado el jueves por la temática hawaiana presentando algunas camisas florales y un pantalón de seda parecido a un piyama, con flores blancas sobre fondo rojo que para la noche se acompaña de una chaqueta negra. Y también puso color, con estampados escoceses en los que predominaba el verde.
La colección de Galliano, diseñada por su antigua mano derecha Bill Gaytten, se inspiraba el viernes en la despreocupación de los años 1960, con una secuencia muy californiana: trajes de bermudas blancos, muy elegantes, con pantalón corto y chaqueta ajustada sobre camiseta sin mangas y calcetines rosa o azul celeste. Nada serio, sobre todo porque va acompañado de pajaritas y gorras ladeadas.
Incluso Riccardo Tisci, de Givenchy, proclive al negro, se dejó tentar por el verde, oliva o almendra, con motivos de insectos o flores en su colección “Pájaros del paraíso” presentada el viernes.
Y Vuitton invitaba el jueves a partir de viaje, a un safari de lujo, con sus trajes bermudas azules o color arena del desierto, sus chaquetas de piel de cocodrilo y sus estampados masai, todo ello inscrito en un vestuario “desenfadado, práctico y lujoso” .