El juez Raúl Ramírez informó al diario San Antonio Express-News que al condado recientemente se le acabaron los espacios en tumbas para los desconocidos en el Cementerio del Sagrado Corazón.
“Cuando tienes 127 personas muertas en tu condado en un año, es demasiado”, dijo Ramírez. “Un cadáver debería ser demasiado”.
Indicó que el costo de lidiar con la inmigración ilegal y los muertos no identificados, incluyendo los costos mortuorios y autopsias, representa cientos de miles de dólares.
El incremento en los decesos ocurre a pesar de que ha mejorado la capacidad de ubicar llamadas al número de emergencias 911 en el vasto paraje cubierto de maleza y de la colocación de faros de emergencia de la Patrulla Fronteriza donde los inmigrantes pueden enviar una señal de ayuda.
Dos puestos de control de la Patrulla Fronteriza se ubican en las dos autopistas principales que van hacia el norte desde el Valle del Río Grande.
Ambos están rodeados por extensos ranchos, donde los inmigrantes caminan por días con poca agua y alimento para tratar de evitar a las autoridades fronterizas.
Presnall Cage, de 67 años, un ranchero que habita en el condado Brooks, dijo que en sus tierras de 17 mil hectáreas se encontraron 16 personas muertas este año, muchas más que antes.
“Simplemente ha sido horrible” dijo. “Y habrían sido más muertos si el condado no tuviera un localizador para las llamadas de emergencia. Todos tienen un celular. Ellos siguen cruzando igual que siempre. La gente dice que ha disminuido, pero a mí no me parece que así sea”.
Benny Martínez, subdirector de policía en el condado Brooks, dijo que han realizado entre 250 y 300 rescates este año. “Es mucho más que en el pasado”, indicó.
Un día de diciembre, reporteros que acompañaban a agentes de la Patrulla Fronteriza atestiguaron la detención de un gran grupo de inmigrantes que caminaban por los arbustos en el condado Brooks. Entre ellos había ocho mujeres y tres niños menores de 12 años, incluyendo una niña hondureña de 11 que viajaba sola.
Humberto Martínez, de 18 años, de Guatemala, viajaba con su esposa y trataban de llagar con familiares en Kentucky. Cada uno pagó 6 mil 500 dólares a traficantes de personas pero fueron abandonados en el sur de Texas.
Estuvieron caminando tres días sin alimentos, dijo Humberto. Las detenciones de centroamericanos aumentaron en 2012. Aunque la Patrulla Fronteriza no ha dado a conocer los datos del año fiscal pasado, para los 10 meses que concluyeron en julio en el sector del Valle del Río Grande se detuvo a 60 por ciento más inmigrantes comparado con el mismo periodo del año previo, informó el portavoz de la autoridad fronteriza Enrique Mendiola.