Pluma invitada
El futuro de Guatemala está en su Niñez
El Pacto para el Futuro es una oportunidad para la infancia y una base sólida para el desarrollo inclusivo
El 20 de noviembre de 1989, líderes del mundo aprobaron la Convención sobre los Derechos del Niño, primera ley internacional para proteger a la infancia. Guatemala, de los primeros en ratificarla en 1990, celebra el Día Mundial de la Infancia recordando la importancia de proteger a sus niñas y niños. Pero este día va más allá de una simple conmemoración: es un llamado a la acción para enfrentar los desafíos que aún limitan el bienestar infantil.
Invertir en la infancia es una de las mejores decisiones que un país puede tomar.
En el país, muchas niñas y niños siguen viviendo en condiciones de pobreza, enfrentando desnutrición y sin acceso adecuado a servicios esenciales. El “Pacto para el Futuro”, aprobado el 22 de septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque no vinculante, marca una ruta que Guatemala puede seguir para enfrentar estos desafíos y asegurar un mañana más justo para la niñez.
Uno de los ejes fundamentales de este pacto es la educación. Se propone que ningún niño quede atrás, incluso en situaciones de emergencia. Esto significa asegurar que reciban una formación de calidad que les dote de habilidades para los retos del siglo XXI. Un sistema educativo inclusivo y adaptable es clave para construir un futuro prometedor.
Otro aspecto vital es la salud infantil. La cobertura sanitaria universal se destaca en el pacto como un objetivo fundamental para proteger la salud de la niñez, especialmente en países donde la desnutrición sigue siendo una realidad. En Guatemala, la desnutrición infantil limita el desarrollo físico y mental de muchos pequeños, perpetuando la pobreza. Al adoptar políticas que garanticen la alimentación y atención médica adecuada, el país puede dar un paso firme hacia la erradicación de este problema.
“Un país que prioriza su niñez construye su futuro.”
Los derechos infantiles están en el centro del “Pacto para el Futuro”. La protección contra la violencia, explotación y abuso es esencial para crear un entorno seguro y estable. Las políticas públicas deben enfocarse en garantizar que cada niño crezca en un ambiente libre de amenazas, en el hogar y la comunidad. En esta visión de país, el bienestar infantil es una prioridad indiscutible.
El trabajo infantil es un obstáculo persistente, especialmente en áreas rurales. Erradicarlo permitirá que los niños se dediquen a estudiar y desarrollarse en entornos seguros. El Día Mundial de la Infancia es una oportunidad para recalcar la importancia de liberar a los niños del trabajo prematuro, uno de los primeros pasos para romper el ciclo de la pobreza.
La participación de los jóvenes en la construcción de un país en paz es otra propuesta del pacto. Involucrar a adolescentes y jóvenes en la toma de decisiones es fundamental para que las políticas públicas reflejen sus realidades y aspiraciones. Los jóvenes guatemaltecos tienen el potencial de liderar cambios profundos, y su inclusión en estos procesos contribuirá a una sociedad más cohesionada.
Invertir en la infancia es una de las mejores decisiones que un país puede tomar. Aumentar los recursos destinados a educación, salud y protección social permitirá que todos los niños desarrollen su máximo potencial. Tal como lo destaca el “Pacto para el Futuro”, un país que apuesta por su niñez construye una base sólida para un desarrollo sostenible e inclusivo. Sin embargo, el éxito de estas metas requiere el compromiso de todos: gobierno, sector privado, organizaciones civiles y la comunidad internacional deben unirse en un esfuerzo concertado.